La desfiguración del reino barroco. El enésimo episodio de terror de un sello de irreconocible. La odisea de los galácticos. La UD se ha instalado en un bucle diabólico. El conjunto de Setién, que ayer encajó la octava derrota foránea de la temporada, resucitó al Málaga (2-1) y lució su falta de apetito en un primer acto para el olvido. El tanto de Mauricio Lemos -18'-, con un golpeo genial, fue solo un espejismo. Una sombra en una noche infernal en La Rosaleda. Fornals, minuto 26, y Charles (34'), sellaron la remontada ante un rival que puso en escena a los seis fantásticos.

Solo con la expulsión de José Rodríguez -68'-, la UD, a la desesperada, y tras activar Setién el 'plan b', llegó un carrusel de ocasiones. Pero no hubo manera de aniquilar a una legión moribunda, que no saboreaba una victoria desde el pasado 26 de noviembre. La fugaz aparición de Javi Castellano, saltó al césped en el 81 y se retiró lesionado en el 90, solo fue otro ingrediente más de una maldición eterna. Desde el 22 de agosto, los amarillos no dan con la fórmula de vencer lejos del Gran Canaria. Y ayer, fue desesperante. Con Jesé, Prince, Viera, Vicente y Roque, muy lejos de su versión sideral, los amarillos estuvieron a merced del empuje y el apetito de un Málaga poderoso.

Eleva el drama la comparecencia de Setién. Al estratega se le ocurrió volver lucir la bandera de la estética como único credo posible. A este nómina de galácticos, se le ha olvidado bajar al barro. Nuevo ejercicio de indolencia, que clona la peor racha del emperador de seda: tres reveses consecutivos. Se esfuma el sueño europeo, y se ha instalado la desidia. Pánico a la vista.

Con un once de ensueño, con artistas del balón, la UD saltó a una Rosaleda hastiada con el colegiado Sánchez Martínez [los últimos episodios arbitrales elevaron la temperatura del respetable blanquiazul]. Tras la pañolada negra, Keko, que firmó el partido de su vida, controló el balón con la mano.

Setién apostó por todo el arsenal, un sello ultraofensivo para acabar con la odisea lejos del Gran Canaria. Centro de Keko que se marcha de Roque y apareció Simón -el mejor de la zaga- para abortar el peligro. En la otra acera, envío impreciso de Dani Castellano cuando Prince reclamaba el esférico.

Triángulo invisible

Viera, que firmó el peor partido del curso, desperdició un pase de oro para Prince, que se quedaba solo ante el gigante Kameni. Despeje de Lemos y disparo de Camacho que se marchó desviado (7'). Igual que pasó en Los Cármenes, el bloque isleño entregó su alma al diablo. Jesé, con aire díscolo, tardó en enterarse casi una hora de todo lo que había en juego en La Rosaleda.

Keko, una pesadilla para Dani, conectó con Charles que no llegó por un centímetro. En el 11', tuvo que resurgir la figura de Simón para congelar un tiro del Chory.

La UD, de rodillas, había perdido la posesión, el ritmo y la cordura en un primer cuarto de hora ridículo. Llegó el tercer lanzamiento del Chory y José Rodríguez le había comido la moral a Roque Mesa. Con un tímido tiro de Halilovic, los isleños presentaban su candidatura al triunfo. En el kilómetro 17 de la batalla, una falta de Rosales sobre Viera, tras un contragolpe amarillo, fue la semilla del 0-1. El lateral golpeó el tobillo del capitán, y Lemos sacó su lanzacohetes atómico. Golazo por la escuadra. Segundo tiro y petróleo.

Una soberbia cabalgada de Simón le dejó un balón de chocolate a Viera en la falta. Lemos se disfrazó de ángel salvador. El Málaga se instaló en el caos, más preocupado de Martínez que de terminar la faena. Charles vio la amarilla tras reclamar un penalti de Bigas.

Resistencia de ocho minutos

En el minuto 23, Luis Hernández fue también amonestado tras frenar a Jesé. Estaba la contienda en una fase caótica, con un caño del ex del Real Madrid en la medular. En ese intercambio de golpes, Fornals, en una acción con notable fortuna, buscó el centro pero sorprendió a Varas -mal ubicado-. Zarpazo del bloque del Gato Romero (26'), que hacía justicia a los méritos contraídos en el verde.

La actuación de Halilovic dejó bastante que desear, las subidas de Juankar ilustraron el drama de una UD superada por los costados. Los malacitanos se lanzaron al cuello de su rival, gol anulado a Keko, que superó con una gran vaselina a Varas -bien sancionado por el juez Sánchez Martínez-. A la media hora, misil de Chory Castro, tras un saque de banda, que despeja Varas.

Al contragolpe y sin una hoja de ruta clara, la UD volvió a tener una ocasión de oro en la frontal. Se resistía y plantaba algo de oposición a este guión tan surrealista. Falta de Juankar sobre Halilovic (34'), pero el golpeo de Viera se marcha desviado. Pero llegó el 2-1, con una gran triangulación que Koke cede a Charles. El delantero solo tuvo que empujar el esférico. Rosales fue el cerebro de esta combinación lapidaria. El Málaga era una apisonadora, ni rastro de la UD.

Las apariciones de José Rodríguez aportaban una movilidad escandalosa a un combinado local con las ideas claras. Presión, velocidad y definición. Sin embargo, los de Setién latían en Groenlandia. La banda derecha del Málaga fue una autopista. Un empujón de Demichelis sobre Prince aportó algo de calma. Lanzamiento de Halilovic que se estrelló en el cuerpo del internacional ghanés. Mal control de Jesé y Camacho placó a Jonathan Viera. Solo a arreones, sin el patrón renacentista, la UD se asomaba a un partido en el que siempre llegó tarde. Jamás fue de cara, sin encontrar la solución al problema. En este contexto, el Málaga alcanzó el ecuador con una suculenta ventaja ante un rival invisible.

Asedio sin recompensa

Tras decretar fuera de juego del ariete Charles, llegó el momento de la UD. Se alinearon los astros. Un disparo de Prince tocó en Camacho y se estrelló en el palo(49').

En su aventura por alcanzar la igualada, en plena odisea, Lemos y Bigas completaron una acción cómica en el jardín de Varas. Carrusel de imprecisiones. Setién mandó a calentar -Mateo, Javi y Tana- a una segunda línea, que estaba lista para obrar el milagro.

Pero el desastre sobrevolaba el arco del meta sevillano Varas. Nuevo error clamoroso de Lemos y Fornals se plantó solo ante el arquero amarillo. El zaguero se empeñaba en jugar a la ruleta rusa.

De la mano salvadora a una pizarra sin argumentos. Una acción a balón parado, desde el lateral, con Viera y Halilovic listos para el saque, terminó en película de terror. La UD cayó en la impotencia, Prince fue amonestado y Camacho estrelló el cuero en el travesaño. Otro aviso de un Málaga contundente, que acarició la sentencia.

En el minuto 62, llegó el momento Setién. Dio señales de vida para retirar a un decepcionante Halilovic y apostar por Mateo García. El argentino ofreció desborde, coraje y osadía. Ya hizo más que el croata, que pasó de puntillas.

En busca de soluciones, Jesé fue amonestado. Estaba desquiciado. Mateo se fue de dos rivales y La Rosaleda ovacionó a Keko por agarrar a Viera. Amarilla para la bala blanquiazul, y en el 70' llegó la expulsión de José Rodríguez. Saltó Tana y el duelo fue un monólogo grancanario. Remate de Prince y parada de Kameni. Surgió la figura de Javi Castellano, que estaría marcada por el infortunio. Se fue lesionado.

Demichelis abortó el remate de Vicente y Jesé, escorado, tuvo el 2-2. Fin, el enésimo hundimiento foráneo de un sello plano. Los galácticos sucumbieron ante la furia. Tercer revés consecutivo de una UD sin fantasía, empeñada en convertir cada viaje en un infierno.