Capitán y descarte. El defensa central Aythami Artiles, 219 duelos de amarillo en siete temporadas y dos etapas, vuelve a quedarse fuera de la lista de convocados. Tras su brillante actuación en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid -completó los últimos 63 minutos al entrar por el lesionado Pedro Bigas-, fue apartado por un motivo disciplinario y se perdió el duelo liguero ante Osasuna. Ayer, Setién dio a conocer que vuelve a prescindir del zaguero sureño, pero en esta ocasión es una decisión técnica.
Con nueve participaciones ligueras (656'), Aythami había recuperado las buenas sensaciones en el inicio de la segunda vuelta [titular ante Sevilla y Real Sociedad]. Todo se ha esfumado tras "el acto de indisciplina" como etiquetó el estratega el intercambio de pareceres al término del Madrid-UD.
El segundo capitán -figura después de David García en el escalafón de mando- es una figura de peso y superviviente del bautizado como núcleo duro. Su descarte, por decisión técnica, llega con la lesión del lateral Macedo y el hecho de que Lemos puede jugar esta noche de mediocentro. Esta circunstancia, deja a la UD sin centrales puros en el banquillo, un hecho que describe a la perfección la evidente falta de confianza del estratega en la figura del sureño.
El síndrome del gen ganador
El técnico amarillo ha tenido que sacar a relucir su mano de hierro en dos ocasiones con Viera. La primera fue precisamente en la previa de un Espanyol-UD. El 19 de diciembre de 2015, por propinar una patada a una nevera [en una sesión de entrenamiento 24 horas antes de aquella 16ª jornada, Romario se quedaba en la grada de Cornellá.
En el siguiente duelo, ante el Granada, regresó a lo grande con dos goles y una asistencia.
Pero el 14 de enero de 2017, en el descanso del Barça-UD, una acalorada discusión con Setién mandó a Viera "al rincón de pensar". Completó aquel partido -los amarillos recibieron el mayor correctivo en la era Setién (5-0)- y el '21' fue apartado. No jugó ante el Dépor. El de La Feria se disculpó y achacó aquel ataque de furia a su gen ganador. "Me jugó una mala pasada". En el siguiente compromiso, marcó ante el Valencia y brindó un recital.
Araujo -por partida doble- también fue castigado por Setién. Un estratega implacable, que abre otro cisma en el vestuario. De forma paralela a su renovación, estallan dos episodios -enero y marzo-. Sin olvidar su rueda de prensa en la que aseguró vivir "la peor semana en la UD" por el caso de Las Rozas -varios jugadores llegaron fuera de hora-. Osado en el césped, en el vestuario no le tiembla la mano.
