Desde hace un par de meses la UD Las Palmas vive una especie de pesadilla. Tras una primera mitad de temporada portentosa le ha dado por autodestruir la imagen brillante de un equipo que llegó a ser líder, a enamorar al mundo con su fútbol de seda, con sus jugadores de la casa sobrados de clase, sus grandes fichajes y, por supuesto, resultados mediáticos como el empate en el Santiago Bernabéu. Todo se empezó a ensuciar con las negociaciones para renovar a Quique Setién. La falta de cintura en los partidos a domicilio y la poca actitud de los jugadores cuando salen de la Isla hicieron el resto.

Pero siempre surgen oportunidades para arreglarlo. Y la de hoy es inmejorable. Prácticamente perfecta. La UD Las Palmas recibe al Deportivo Alavés (17.30 horas) con las matemáticas de su lado. El empate de ayer del Sporting de Gijón en el campo de Osasuna le pone en bandeja rematar la permanencia matemática por su cuenta (virtualmente está firmada desde hace varias semanas). Y eso, después de arrastrarse en citas como la de Balaídos, Eibar y San Mamés, simplemente no se puede dejar escapar. Es un día, y también una semana, perfecta para recuperar la sonrisa y festejar.

Un visitante peligroso

Porque el Alavés es una auténtica roca. Es uno de los mejores equipos de la Liga a domicilio, incluso ganó en el Camp Nou, pero tiene la mente puesta en la final de Copa del Rey ante el Barcelona y el contexto con el que llega es propenso para que rebaje una intensidad normalmente muy alta. El miércoles, mientras, visita la UD Las Palmas a un Leganés en plena depresión, aunque con mucho en juego. Y la semana la remata la cita en el Estadio de Gran Canaria frente al Atlético de Madrid, que salvo sorpresa rotará porque unos días después afronta la semifinal de Champions. Es, por tanto, un panorama ideal para que la UD Las Palmas recupere la autoestime y recuerde que la temporada ha tenido también capítulos de mucha gloria.

Lo único que empaña el contexto para los amarillos es la lesión de dos jugadores clave: Jonathan Viera y Vicente Gómez. Apenas sufren sobrecargas musculares y posiblemente lleguen al miércoles, pero le impedirán jugar hoy. Son dos de los que más minutos han jugado y forman a la vez el centro del campo de lujo de Quique Setién junto a Roque Mesa. En el rol del 'mago' de La Feria estará Tana, que ocupará una posición en la que tiene más influencia. Para el puesto de Vicente Gómez, mientras, el abanico está más abierto. El técnico cántabro puede apostar por la contención de Montoro, por el todoterreno Hernán Santana o por la verticalidad de Alen Halilovic, que en Eibar, la única ocasión en la que actuó por dentro, su posición favorita, decepcionó.

Pero será el regreso de la UD Las Palmas al Estadio de Gran Canaria, el lugar en el que se ha sentido más cómodo durante esta temporada. Es su paraíso y en su último choque respondió a dos partidos lamentables como visitante con una goleada frente al Betis. También volverán dos de los grandes protagonistas de aquel triunfo: Jesé Rodríguez y Prince Boateng, que fueron bajas en San Mamés.