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La última bala de Jesé

El choque con el Barça, el mejor de los escaparates para que el jugador grancanario reivindique su talento futbolístico a nivel internacional

Jesé, con la camiseta del Madrid, presiona a Neymar en el Clásico donde marcó un gol en el Camp Nou. EFE

El 26 de octubre del año 2013, Jesé Rodríguez anotaba su primer tanto oficial con el primer equipo del Real Madrid. Y no pudo elegir mejor escenario para estrenarse como goleador de uno de los grandes del fútbol mundial. Fue en un Clásico disputado en el Camp Nou. En el tiempo añadido, el grancanario, que había entrado al campo en sustitución de Di María en el minuto 72, culminó una jugada entre Benzema y Cristiano Ronaldo para establecer el 2-1. A esas alturas, el de La Feria era señalado ya como una de las firmes promesas del club blanco y de balompié español.

Mucho han cambiado las cosas desde aquella fecha hasta hoy. Todas las ilusiones que la entidad blanca había puesto en él se diluyeron. A principios de la presente campaña, el club decidió traspasarlo. El futbolista vio en el París Saint Germain la ocasión de recuperar la confianza y reverdecer en otro primera línea de Europa. Pero tampoco.

Seis meses después, ante su ostracismo en el club de la capital francesa, Jesé Rodríguez daba un nuevo paso en busca de su redención como profesional. Aunque su todavía buen cartel le permitía aspirar a otros destinos de primer nivel en ligas como la italiana o la inglesa, decidía retornar a su tierra para, desde aquí, colocarse otra vez en la primera línea.

Miguel Ángel Ramírez, desde que tuvo claro el deseo del futbolista de enfundarse la camiseta de la UD Las Palmas por primera vez -marchaba al Real Madrid desde el Huracán estando en categoría cadete- movió todos los hilos para cumplir un deseo mutuo.

Sueño cumplido. Casi diez mil personas se reunían en el Estadio de Gran Canaria el 31 de enero de este año para recibir al hijo pródigo. Como si de un galáctico se tratase, la afición amarilla idolatraba a su nueva estrella, una mucho más cercana, con ADN de la tierra.

La llegada de Jesé Rodríguez, además, servía para disparar las ilusiones de la parroquia local. Con la marcha del equipo a aquellas alturas de la temporada y los fichajes en el mercado de invierno, todos construían castillos en el aire y veían a su UD, que cumple su segunda temporada en Primera División tras décadas de peregrinaje por el subsuelo del fútbol español, de nuevo disputando una competición europea.

Poco más de tres meses han bastado para que ese sueño haya quedado dilapidado. Lo que antes eran parabienes, han pasado a ser críticas voraces. Arrastrado quizás por la inercia negativa en la que se ve envuelta la entidad amarilla en el epílogo de la temporada, Las Palmas no ha resultado ser la lanzadera que el grancanario buscaba para que su nombre sonara con fuerza en los foros futbolísticos del panorama nacional e internacional.

Su rendimiento con la camiseta de la UD no ha cumplido con las expectativas creadas en un principio. El de La Feria no ha tenido el peso específico suficiente para convertirse en uno de los pilares del equipo de Quique Setién. Catorce partidos en su haber -once de ellos como titular- y tres goles anotados no parece un bagaje espectacular para un jugador con sus capacidades.

Ahora, con la llegada del FC Barcelona al Estadio de Gran Canaria el próximo domingo, Jesé Rodríguez tiene la oportunidad de lucirse en un escaparate de trascendencia internacional por la relevancia que tiene el encuentro para el cuadro azulgrana, que a falta de dos jornadas para la conclusión del campeonato liguero no puede fallar en su visita a la Isla para mantener hasta el final el pulso que mantiene por el título con el Real Madrid.

Los genes madridistas de Jesé Rodríguez, forjado en una cantera blanca a la que llegó con 14 años de edad -ahora tiene 24-, suponen un aliciente más para el jugador de la UD en el duelo ante el Barça, pues lleva grabado a fuego la rivalidad entre los dos grandes del fútbol español. Así pues, querrá aportar su granito de arena en la pelea que mantiene su exequipo con el eterno rival por el entorchado.

En principio, esta será la última aparición del grancanario ante la parroquia amarilla, ya que tras el último encuentro del campeonato, la semana que viene en Riazor contra el Deportivo de La Coruña, el jugador tendrá que retornar a la disciplina del club que tiene la propiedad de sus derechos, el París Saint Germain francés.

O quizás no. Miguel Ángel Ramírez, presidente de Las Palmas, sueña con que Jesé Rodríguez vuelva a vestir la elástica del equipo de su tierra la próxima campaña. De hecho, el mandatario declaraba que espera poder convencer al conjunto galo que alargue un ejercicio más el préstamo de el de La Feria.

Un objetivo prioritario que el máximo dirigente de la entidad amarilla desea conseguir de nuevo basándose en que su estancia en la UD, si el jugador responde en el terreno de juego, ayudaría a su revalorización. Recordar que al futbolista le restan todavía cuatro temporadas de contrato con el conjunto parisino.

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