La explosión del Chino. La venganza del ejecutor del abismo. Regreso apoteósico. Sergio Araujo, con sus 21 partidos en el AEK de Atenas, a las órdenes de Manolo Jiménez, ha recuperado sus credenciales de killer del área. Una cesión para recuperar la sonrisa y certificar el pasaporte a la Champions. De Grecia al partenón de Siete Palmas.

Con contrato en la UD hasta junio de 2020, el Chino dejó la Isla el pasado enero, perseguido por las tinieblas [segundo positivo por alcoholemia, una lesión y siete jornadas consecutivas sin contar para Quique Setién]. El 20 de enero se hacía oficial su salida en calidad de préstamo, y sin opción de compra, para el AEK de la Superliga helena.

Alcanzó en 131 días, la etiqueta de héroe. El pasado miércoles, ante el Panionios, lograba en el minuto 82 el tanto de la victoria (2-1). Un zarpazo bíblico que puso fin al playoff de forma épica. En esa lucha por una plaza en la mejor competición de clubes, Araujo dinamitó una década de espera. El último de sus nueve tantos con un bloque necesitado, carente de gigantes.

Del 21-J al silencio

El viaje a Atenas se ha convertido en la mejor terapia para un artillero indomable [32 dianas de amarillo; 87 duelos oficiales], que bajó a las cloacas del infierno. Araujo fue una pieza capital en el histórico salto de categoría del 21-J ante el Zaragoza con un tanto de leyenda. Se convirtió en la imagen del ascenso, en un primer año de amarillo sobresaliente [44 duelos oficiales, 25 goles].

Con la UD en Primera División, el instinto asesino se esfumó. Se estrenó en el Vicente Calderón [22 de agosto] en el planeta del caviar. Logró cinco tantos y fue silbado por el Gran Canaria. Estalló la leyenda negra del Chino. El 'caso Chéster' [febrero de 2016] le puso en la diana. De héroe a proscrito.

Amado y querido por el vestuario,cerró su segundo curso de amarillo con un amago de fuga a la máxima competición del fútbol chino. Willian José, que estaba cedido por el Deportivo Maldonado, le robó la fama y la gloria en la 2015-16.

Una llamada de auxilio

Defendido a ultranza por Setién [en una rueda de prensa para el recuerdo], en la tercera etapa con la UD, dejó dos tantos ante Granada y Real Madrid. Ante el gigante blanco, clonó esa furia agónica (minuto 85) para arrancar un punto con aroma a victoria. Su especialidad.

Delirio salvaje en la portería de Naciente. El mismo jardín donde tumbó al Zaragoza (84') para entrar en el olimpo de la fama amarilla [tras aprovechar una asistencia de Aythami Artiles, con la afamada chilena de Patalavaca]. El valor del genio se esfumaba. Había perdido todo su caché, tras su primer positivo de alcoholemia (septiembre de 2016, justo tras batir a Casilla).

Tras abonar la UD 2,5 millones de euros a Boca Juniors -por el 70% del pase del artillero en junio de 2015-, el presidente Miguel Ángel Ramírez se frotaba las manos. Rechazaron una oferta mareante de 12 millones del Palermo italiano.

'En Primera, Araujo estallará y será el negocio del siglo para la UD', aseguró un dirigente amarillo. Pero llegó el caos, un océano de silencio tras la figura del héroe. Y una llamada de auxilio. El Chino abría la puerta de salida, tras ser superado por Marko Livaja y Prince. El rey de pólvora hacía las maletas.

"Lo mejor para mí es salir; me espera la felicidad (...) Quiero empezar de cero; pido perdón. No he estado al nivel que esperaban mis compañeros, y entiendo que los aficionados estén cansados de mis errores". Era el discurso del nuevo Araujo. Comenzaba su penitencia.

Prince, Livaja, Jesé...

"Sergio regresará y no será traspasado". La frase de Ramírez fue contundente. Habría cuarta entrega. Pero en Atenas, el Chino ha alcanzado una notoriedad brutal. Aclamado por sus fieles, el conjunto heleno trató de hacerse con los servicios de Araujo. El rostro que les llevó a la Champions les había conquistado el corazón. "No está en venta", respondió el mandatario.

¿Encajará Araujo en la nueva UD? Llega sin pecado, bendecido por un paso arrollador y fortalecido por un gol mágico. "Está listo y y triunfará de amarillo; solo precisa de más confianza", aseguraba el ex del Sevilla Manolo Jiménez. El señalado llega liberado.

En esa demarcación de nueve puro, Prince Boateng (10 dianas) arranca la pretemporada como la opción número uno de la nueva era. Junto a Marko Livaja (7 tantos), o la furia de Erik Expósito -el diamante del filial-, Araujo llega en silencio. Es el regreso del pistolero que miró a los ojos a la muerte.

Besó la gloria, conoció el infierno y ahora se ha forjado un camino de celebridad eterna. Apuesten por el Chino, el refuerzo que escapó de los pecados. La venganza del incomprendido.