Los festivales son cosa del verano. Lo era el Internacional de la Canción de Benidorm y lo es el Starlite que se celebra cada verano en Marbella; lo es el FIB, el Arenal Sound y el Mad Cool. La UD se homenajeó ayer para dar también su particular certamen veraniego en la Costa del Sol. Lo hizo ante el Besiktas, un equipo de categoría Champions y, aunque los resultados de julio no valen para nada, sabe mejor golear a que te goleen.

Eso aplicó Las Palmas ayer con el campeón turco, al que derrotó por 1-4 gracias a una segunda parte completísima. Porque aunque se fue perdiendo al descanso, los goles de Jonathan Viera, Erik Expósito, Momo y Benito Ramírez le dieron a la UD su primera victoria de empaque en esta pretemporada.

En la primera gran duda que ha mostrado Manolo Márquez este verano, la de si apostar por el doble pivote o jugar con un único mediocentro, ayer ganó la primera opción en su planteamiento inicial. Pero ese combate entre los dos esquemas aún está en tablas en su cabeza. Ayer, esa elección pudo estar condicionada, en parte, por la ausencia de Hernán Santana, mermado físicamente por una faringitis durante esta semana. Esa pareja que debía sostener el centro del campo amarillo presentaba la gran novedad de Fabio, centrocampista del filial, acompañado de Javi Castellano.

Por el resto, una alineación que, salvo algún ligero cambio, podía ser perfectamente la de la primera jornada de LaLiga ante el Valencia: Raúl en portería; David Simón, Pedro Bigas, Mauricio Lemos y Dani Castellano en defensa; bandas para Vitolo y Alen Halilovic; Jonathan Viera en la mediapunta y como referente Jonathan Calleri. Delante, un Besiktas que optó por seguir reservando a sus lusos Ricardo Quaresma y Pepe, pero que atesoraba futbolistas de caché como Adriano, el exlateral del Barça o Ryan Babel.

De entrada, a la UD le costó dominar el balón. Ni las posiciones parecían claras, ni el ritmo del balón el deseado. Cosas del verano. Porque el Besiktas, en esa fase de reconocimiento inicial tampoco andaba muy interesado en hacerse con el pleno control del asunto en cuestión: el esférico.

Los mejores momentos de la UD, al contrario que en muchas fases del curso anterior, llegaba por las bandas. Jonathan Calleri, de lo más potable de lo que va de pretemporada, mostró algunas de sus cartas. Porque el argentino no es solo gol. Más allá de eso, escoltado por su buena planta, pelea, manda desmarques sin problemas y descarga el cuero con comodidad.

Agarrados a Vitolo

Cuando el cuero le llegaba a Halilovic o Vitolo, la UD daba alguna sensación de peligro. Sin embargo, que encontraran buenos balones se convirtió en un problema; le costaba un mundo elaborar a Las Palmas. Eso, las pérdidas en tres cuartos de cancha y los continuos despistes de Mauricio Lemos -un tema que arrastra desde la temporada pasada, no solo es asunto del periodo estival-, eran los puntos negros de la UD.

Una internada de Vitolo, asistido a la perfección por Jonathan Calleri, un tipo servicial el argentino, fue el primer disparo a puerta de un partido de plomo, como el sol que castigó a ambos equipos hasta que empezó a anochecer. El canterano, con una arrancada potente y una pisada de ´futbito´, no hizo el primero de la noche porque Tolga aguantó bien en su palo.

Aquel arreón fue el preludio de la ocasión más clara del equipo grancanario. Calleri rebañó en un costado del área un balón que llevó hasta allí Vitolo. El ex de Boca Juniors se deshizo de varios defensas, dejó en el suelo al portero y solo Mitrovic salvó el primer gol de la tarde. Más pasaban los minutos, mejor se encontraba la UD con un Fabio más calmado y Viera más participativo.

Y justo ahí, cuando el bolo se asomaba al descanso y mejor estaba la UD, el Besiktas dio el golpe. Un centro desde la banda izquierda, a pie cambiado y sin oposición, se metió casi por inercia en la portería de Raúl. Y es que entre los jugadores del Besiktas que andaban por allí, la indesición en la salida del canterano y la mala defensa, en general, solo podía desembocar en una cosa: gol de Dusko Tosic y descanso.

Sin cambios en el segundo acto -más allá del de Raúl por Chichizola-, el partido siguió por el mismo sendero: la UD proponía algo más en campo contrario, sobre todo cuando los cuatro de arriba -Halilovic, Calleri, Vitolo y Viera- se encontraban. Y fue la conexión más añeja de las cuatro aristas que tenía la UD sobre el césped la que le dio el empate a los amarillos. Vitolo, en al banda, maceró un pase de lujo al desmarque de Viera desde el vértice del área. El ´21´ en esta ocasión fue el ejecutor y con un toque sutil con su pierna izquierda batió con comodidad a Tolga Zengin. Una unión con fecha de caducidad en enero que se debe disfrutar hasta cuando no hay puntos en juego.

Los minutos pasaron y Márquez rotó. Diez cambios del tirón y nuevo dibujo de pizarra. Otra vez la eterna dicotomía del técnico catalán: dos pivotes y más cemento o bien un hombre único en el medio y más vida para los volantes. La configuración del once quedó con Chichizola; Macedo, David García, Ximo Navarro y Borja; Aythami por delante acompañado de Tana y Momo; Benito y Toledo a las bandas; y como referente Expósito.

En ese atracón de cambios y casi sin tiempo para que la UD encontrara su sitio, Tana vio un hueco perfecto en un desmarque de Erik Expósito. Y es que los buenos, con poco tienen. El de San Cristóbal tiró de compás, escuadra y cartabón con la cabeza para poner un pase preciso a Expósito. El delantero de La Cuesta, con el único obstáculo de Tolga Zengin por delante, no falló y colocó el 1-2. Ni la entrada de Talisca, la gran estrella del Besiktas, le cambió la cara al asunto. Más abiertos, los otomanos sufrieron. Encontró Las Palmas la suficient