Solo fútbol. Es lo que le ha faltado durante los últimos tiempos a la Copa Mahou, que regresa este al panorama balompédico veraniego de las Islas un año más -y ya van seis-. Pero quizá pedirle solo fútbol a un derbi como el que protagonizan la UD Las Palmas y el CD Tenerife es demasiado. Porque aunque no haya puntos en juego, el orgullo sacude a ambos escudos, que han dejado en los últimos años algunas imágenes bochornosas.
Con el objetivo de olvidar todo eso y dar prioridad al balón, los de Manolo Márquez y los de José Luís Martí se citan hoy (20.00 horas, Televisión Canaria) en el Estadio Olímpico Municipal Antonio Domínguez de Los Cristianos -el césped del Heliodoro Rodríguez López aún sufre los estragos del concierto de Aerosmith-. Un derbi estival que ha estado salpicado por la tensión de dos equipos que sobre el césped se repelen.
Este será el único clásico del fútbol canario durante esta temporada, a no ser que el CD Tenerife y la UD Las Palmas se topen en la Copa del Rey. La diferencia de categoría entre ambos clubes ha privado al Archipiélago de su gran derbi desde la temporada del ascenso amarillo. En aquella temporada (2014-2015), el Tenerife se quedó el primer partido (2-1), mientras que en la segunda vuelta, Hernán Santana rescató un empate para los grancanarios (1-1).
Si se echa un vistazo a lo que sucedió el último verano, el CD Tenerife se quedó con una Copa Mahou manchada por las broncas. Los blanquiazules ganaron en los penaltis un torneo donde cada equipo se llevó un partido (0-1 y 0-1, con victorias de los visitantes en la isla contraria).
Trifulcas y roces
Lo que parece evidente es que ambas entidades han ido perdiendo las ganas a verse en este evento. "Tenemos un acuerdo firmado para disputar la Copa Mahou y los contratos se firman para ser cumplidos. Son partidos con chispa, con esa rivalidad deportiva. Flaco favor es para los equipos, sin alcanzar el punto de competición, sufrir alguna lesión. Queremos que los partidos transcurran por le cauce deportivo", señaló el pasado lunes Miguel Concepción, presidente del CD Tenerife. "Tenemos que hacer un análisis profundo de lo que ha pasado porque esto no ayuda nada con lo que estamos haciendo desde el terreno de juego. Ambos equipos despiertan pasión entre sus aficionados, pero lo que no pueden hacer jugadores profesionales, siendo un partido amistoso y dando igual quien gane, es que exista esa competitividad", aseguró Miguel Ángel Ramírez, máximo mandatario amarillo hace un año.
La Copa Mahou, más que una cita festiva para el fútbol canario, se ha convertido en un escollo para ambos equipos. La expulsión de Suso Santana hace dos temporadas cuando solo habían pasado seis minutos desde su entrada en el campo; el tabique nasal roto de Diego Herner tras un codazo de Víctor Bravo; o las cuatro tarjetas rojas que se vieron en el último partido de este torneo [tres para la UD con Viera, Álvaro Arencibia y David Simón y otra para el tinerfeño Vitolo] han sido algunas de las imágenes más tristes que ha dejado una Copa Mahou que espera recuperar un tono de concordia.
Hasta ahora, el cuadro blanquiazul, que arrancará la competición liguera de Segunda División el próximo viernes 18 de julio ante el Real Zaragoza, no ha tenido grandes enfrentamientos durante esta pretemporada. El CD Marino (0-4) y una selección de El Hierro (0-5) han sido las únicas dos piedras de toque del combinado de Martí. De esta manera, el choque ante la UD se asoma como principal partido para un Tenerife que buscará esta temporada volver a rondar el ascenso a la élite del fútbol español.
Todo en la VI edición de un torneo que la UD, por orgullo y entidad quiere reconquistar. El primer asalto hoy; la vuelta, el próximo martes en Maspalomas.
