Fin de la era Pako Ayestarán en la UD Las Palmas. El consejo de administración del club decidió destituir al entrenador vasco después del desastroso encuentro que firmaba el equipo en el choque de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey ante el Deportivo de La Coruña en el Estadio de Gran Canaria. De la esperanza tras el empate del pasado domingo ante la Real Sociedad en Anoeta, la afición de la UD se volvió a llevar anoche una cachetada de realidad. Por enésima vez esta temporada, el conjunto amarillo y su entrenador enfilaban el túnel de vestuarios al finalizar un encuentro acompañada de silbidos de una hinchada harta, y eso que eran pocos (algo más de 7.500 personas) los que se animaron a presenciar en directo un partido que parecía intrascendente después de que el conjunto grancanario se impusiera por 1-4 en el choque de ida de la eliminatoria ante el Deportivo de La Coruña en el Estadio de Riazor.

Pero en una competición como la Copa del Rey, y estando Las Palmas de por medio, nada se puede dar por hecho. Con muchas angustias, logró clasificarse para los octavos de final. El cuadro deportivista estuvo a un paso de llevar el encuentro a la prórroga. David Simón, con 1-3 en el tanteador, evitaba la prórroga al salvar de cabeza en la línea de gol un disparo de Lucas Pérez en el minuto 86. El tanto postrero de Loïc Rémy no sirvió para calmar los ánimos de un público desesperado, que no le queda otra que pitar a jugadores, técnico y presidente. También Miguel Ángel Ramírez tuvo su ración anoche. El pasaporte a octavos de final finalmente se convirtió en anécdota. El presidente no aguantó más. De la nueva reunión que mantuvo el consejo tras el espectáculo visto, no salió vivo el donostiarra.

Adiós con un balance nefasto: siete derrotas , un empate y una victoria. Se evitaba así, quizás, que fuera el Real Betis de Quique Setién el que dictara la sentencia el próximo domingo. Hubiese sido un plato de muy mal gusto para Miguel Ángel Ramírez después de la polémica salida del cántabro la pasada temporada.

Encima, si la noche de ayer ya no era suficientemente nefasta para la UD, va y se lesiona Vitolo. Por el tipo de lesión, muscular, el internacional grancanario pudo disputar su último encuentro como jugador amarillo. Ahora a pensar ya como atlético.

Las Palmas arrancaba con cierta confianza, aunque sin demasiado punch. El mayor control amarillo en el centro de la cancha le bastaba para tener acercamientos tímidos al área del cuadro gallego. Todo pintaba bien en un choque plácido para los locales, que ya en el primer minuto contaban con una ocasión de Aythami Artiles, que envió alto de cabeza una falta desde la derecha ejecutada a pierna cambiada por Borja Herrera.

Vivía instalada la UD en la comodidad ante un Dépor centrado atrás y poco desafiante arriba, algo que costaba creer dado el resultado tan adverso que traía de la ida. Salvo una rápida reacción de David Simón para despejar a córner una indecisión con Leandro Chichizola en el minuto 4.

Las Palmas, a ratos, conseguía inquietar la meta defendida por Pantilimón. El meta del cuadro gallego resultó providencial cuando transcurría el minuto 11. En ambas ocasiones saldó con nota dos disparos consecutivos casi a bocajarro. Primero fue el de Jonathan Calleri, que en posición franca cerca del área pequeña erró su disparo centrado. En la continuación, el centro ahora desde la derecha lo remataba Hernán Santana con la misma suerte que su compañero, o sea, ninguna.

A partir de ahí el juego amarillo se diluía y el encuentro avanzaba hasta el descanso sin demasiadas alteraciones. Salvo otra buena opción de Hernán Santana que de nuevo se encontraba con la respuesta del guardameta rival.

Pero la monotonía por la que transcurría el duelo saltaba por los aires de manera inesperada. En el minuto 41, un zurdazo de Çolak desde la frontal del área de la UD entraba sin remisión junto al palo izquierdo de la portería defendida por Leandro Chichizola. El 0-1, y el malestar empezaba a instalarse entre los 7.500 espectadores que acudieron anoche hasta el Estadio de Gran Canaria.

Pero no acabaría ahí el infortunio amarillo. Justo bordeando el final de los primeros 45 minutos saltaban las alarmas ante la retirada por lesión de Vitolo del césped. De nuevo y por enésima ocasión esta temporada, Las Palmas volvía a las andadas.

Y con el descontento ya instalado en el recinto de Siete Palmas, sin apenas tiempo para digerir por parte de la hinchada lo visto antes del intermedio, otro mazazo. Un error garrafal en la marca de los centrales de la UD propiciaba el remate a placer de Borja Valle que suponía el 0-2; los pitos que afloraban desde el graderío.

En esos momentos, con los de Pako Ayestarán como flanes y un Dépor pujante, los gallegos llegaron a creer en pelear por la eliminatoria y los aficionados de Las Palmas a pensar que una nueva catástrofe se cernía sobre ellos.

Pero el fútbol tiene estas cosas. Cuando todo parece abocado a la desgracia, una jugada puntual cambiaba radicalmente las expectativas. Y quién lo iba a decir, el protagonista sería uno de los desterrados del plantel amarillo.

En una jugada rápida iniciaba por Oussama Tannane, el balón llega a los pies de Hernán Toledo en tres cuartos de cancha. El argentino inicia una conducción desde la izquierda hacía dentro que finaliza con un preciso chut que acaba en el fondo de la red para el 1-2 en el minuto 57.

A partir de ahí, se sosegaba el cuadro dirigido por Pako Ayestarán y tomaba las riendas para disfrutar de los que eran, sin duda, sus mejores minutos del encuentro. Posesión, movimiento rápido de pelota y atisbos de verticalidad.

Esa fase de dominio de la UD pudo rubricarse con el empate, pero el infortunio lo impidió. Oussama Tannane, que desde que suplió a Vitolo antes del descanso se le vio con ganas, soltaba un zurdazo desde el borde el área del Dépor que encontró al larguero en su camino hacia la portería. Poco después volvía a percutir Las Palmas sobre la meta gallega con un disparo cruzado de Borja Herrera que se marchaba por la línea de fondo.

Y de nuevo, torpedo a la línea de flotación de la UD. Misil de Borja Valle desde fuera del área que se va abriendo para hacer imposible la parada a Leandro Chichizola, que se vio sorprendido.

El 1-3 y a temblar. A partir de ahí sí creyó el Deportivo en tener opciones reales de llevarse la eliminatoria. Y a ello se puso. Acoso y derribo a la portería amarilla. El momento cumbre llegaba en el minuto 86. En una salida a destiempo de Leandro Chichizola fuera del área por el lateral, el balón le queda a Lucas Pérez. Su disparo escorado se dirigía directamente al interior de la portería de Las Palmas para llevar el encuentro hasta la prórroga, pero llegó David Simón como un jabato para despejar la pelota. Ya con el Dépor volcado, en el último suspiro Loïc Rémy puso el definitivo 2-3, pero no conseguía con su gol acallar a una afición que pedía la cabeza de Pako Ayestarán. Miguel Ángel Ramírez se la puso en bandeja de plata.