Elegante y de talante autocrítico. No esperen al Jémez incendiario. "De los árbitros no voy a hablar. Voy a mantener mi línea de tratar de ayudarlos en todo lo que pueda. Nos tenemos que centrar en lo que podemos controlar. Perder energía en cosas que no dependen de nosotros no va con mi manera de ser. Ya es inamovible (...) No quiero ni entrar a valorarlo. Me importa lo que mi equipo puede hacer en el campo; el resto, nada de nada". Además, el estratega amarillo asume que en el primer acto fuero inferiores al Sevilla. "En el descanso lo mejor era el resultado. Si el Sevilla está un poco acertado finiquita el partido. Hay que ser objetivos y saber que teníamos enfrente a uno de los mejores equipos de Europa y nosotros estamos apretando para mantener la categoría. Hemos sido competitivos y hemos tenido ocasión empatar. Lo que no te vale para el Sevilla a lo mejor nos vale para otros partidos", apostilla.

Exige responsabilidad en el entorno, para encajar reveses de este calibre, ante un conjunto que busca los cuartos de la Champions. "Las cuentas le salen a todos los equipos porque hay puntos para todos. Lo que no queremos es dejar pasar demasiadas oportunidades. Si alguien piensa que vamos a ganar todos los partidos que quedan, sabe poco de esto. Hay que tomarlo como algo natural (...) Esto no nos hace daño en absoluto". En relación al traspaso de Viera y su marcha al fútbol chino, elogió su compromiso: "Dejó muestras de que es un gran profesional y nadie puede dudar de su entrega, cariño al club y compromiso". Descarta que esa situación fuese un pretexto: "No soy de buscar excusas; soy de los buscan soluciones".