Seis partidos lleva Clarence Seedorf como entrenador del Deportivo de La Coruña y su equipo sólo ha conseguido un punto de 18 posibles. Por si fuera poco, únicamente ha marcado un gol, el de Florin Andone al Eibar hace dos semanas. Con esos números, es imposible concluir que el holandés haya sido el revulsivo que necesitaba un equipo que marcha penúltimo en la tabla y que es el que más goles ha encajado -59-. A ese Dépor se enfrenta hoy la UD Las Palmas en Riazor, a un equipo que todavía busca su estilo pero que ya ha encontrado a un tridente de ataque que, sin embargo, no ve portería.
Esa es, precisamente, la gran aportación de Seedorf: la inclusión de tres delanteros en el equipo titular, todos de los que dispone. Son: el propio Andone, que lleva siete tantos, Adrián López, que suma cinco, y Lucas Pérez, que cuenta con cuatro. A pesar de que los blanquiazules están negados de cara a puerta desde que el exfutbolista ocupa el banquillo, lo cierto es que no han estado exentos de mala suerte, pues el Dépor, sobre todo en casa, ha creado ocasiones claras, mandado varios balones a los palos e incluso fallado un penalti ante el Espanyol (0-0).
Pero lo que verdaderamente sigue condenando al cuadro gallego son los fallos defensivos que comete y que le han lastrado durante toda la temporada. Es, a grandes rasgos, un caso muy parecido al de la UD, que no ha estado a la altura ni en defensa ni en ataque en todo el curso y que, cuando ha dado un paso al frente en la retaguardia, se ha quedado en el camino en la mejora de la faceta ofensiva.
Si Las Palmas ha tenido cuatro entrenadores -Manolo Márquez, Pako Ayestarán, Paquito Ortiz y Paco Jémez-, el Deportivo tres -Pepe Mel, Cristóbal Parralo y Clarence Seedorf-. Si la UD ha marcado 20 goles, el Dépor 25. Si los amarillos han recibido 57, los blanquiazules 59. Son datos, todos ellos, que reflejan caminos errantes, aunque todavía reconducibles.
Afianzar el estilo
Seedorf declaró en la previa del partido de este mediodía que su equipo se encuentra en pleno proceso de aceptación de su "filosofía", para lo que primero necesita "minimizar los riesgos", lo que viene a significar que sólo a partir de una mejora en la solidez defensiva podrá salir de los puestos de descenso. En cualquier caso, lo que el holandés ha implantado en el Dépor es un sistema muy parecido al que ya utilizó en el Milan, una especie de 4-3-3 con libertad de movimientos de los delanteros.
Aunque los jugadores no siempre se coloquen en el campo con esa disposición, la idea gira en torno a jugar con tres atacantes. Así saldrá de inicio frente a la UD y confía en romper la pésima racha goleadora. No es que el Deportivo no genere las oportunidades, sino que falla de cara a portería, sobre todo en su estadio, donde no gana desde el 9 de diciembre, cuando lo hizo frente al Leganés (1-0). Antes, sólo había obtenido el triunfo ante Getafe (2-1) y Alavés (1-0).
Si bien el técnico holandés podrá contar con su tridente de ataque, no podrá hacerlo con su defensa preferida, pues Luisinho y Bóveda, que cada vez que han estado disponibles han sido titulares, están lesionados. Así, Juanfran volverá al lateral derecho contra Las Palmas y Fernando Navarro seguirá una jornada más en el izquierdo, mientras que Sidnei y Albentosa serán los centrales.
En la portería, que tantos dolores de cabeza ha dado al Deportivo durante todo el curso, pues ya ha tenido hasta cinco inquilinos, repetirá Rubén, que hace dos jornadas cedió su puesto a Maksym Koval, guardameta ucraniano que, en 39 minutos, cometió un grave error que significó el gol del Eibar y vio la roja por hacer una falta cuando era el último. Pero las esperanzas del Dépor están puestas en Andone, Adrián y Lucas, hoy faltos de gol pero que pueden resucitar en cualquier momento.
