La decapitación del imperio de los 75 millones. La plantilla más de cara de la historia de la UD espera el zumbido macabro de la guillotina.1.036 días después del 21-J -fecha del ascenso a la máxima categoría (2015) y que encumbró a la generación de los Viera, Roque, Vicente o Sergio Araujo-, el cuadro amarillo puede certificar esta tarde la pérdida de categoría. De la gloria a la infamia. Los pecados de la improvisación en la 'era Emenike'.

Desde las 17.30 horas -beIN Laliga-, el estadio de Gran Canaria puede metabolizar el primer descenso tras quince años de existencia. El partenón de los sueños, inaugurado en 2003, ejerce de juez sumarísimo. El empate o derrota ante el bloque de Abelardo mandaría, tres años después, a la UD al infierno de plata. Es el hundimiento. Restan cinco jornadas -15 puntos-, y la renta del Levante es de 14 unidades. Una distancia insalvable. En el caso de la lograr la victoria, el cuadro granota puede vestirse de verdugo mañana en San Mamés. Solo la victoria del bloque levantinista, a pesar del triunfo amarillo, significaría el regreso al planeta del choped. Adiós al caviar.

Desde el 22 de agosto de 2015 -con Herrera como arquitecto-, en el Calderón, en el despegue de la edad del glamour: 27 victorias, 23 empates, 59 derrotas, 120 goles y 192 en contra. Angustias y el bendito Setién. Tras el anuncio de la marcha del cántabro (marzo, 2017), trece meses bailando bajo el caos.

Escudo humano

Jémez fue devorado por el psiquiátrico amarillo. La casa de los líos colecciona cadáveres. El propio Setién -encajó 43 goles en la segunda vuelta del curso 2016-17-, Manolo Márquez, Paquito y Pako Ayestarán fueron triturados por una bestia despiadado. En el período del camuflaje del estratega cordobés, un cúmulo de despropósitos. Torrente de lesiones -Samper, Pedro Bigas, Gaby Peñalba o Momo-, venta de Jonathan Viera -no se gana desde la marcha de Romario a mitad de febrero- y la contratación del delantero nigeriano Emenike. Vino lesionado para suplir a Rémy y aquí reside el mayor de los despropósitos. Un tiro en el pie. "No podemos bajar ante nuestra afición; es el partido más importante de la temporada".

Jémez no se rinde y apela al escudo. Reclama responsabilidad. La culpa es de todos. "No creo que haya gente que pueda salir de este barco e ir en lancha motora. Nadie puede excusarse: del utillero al presidente somos responsables".

En plena cacería, Jémez es el escudo humano. El único que da la cara. La soledad del estratega que buscó lo imposible: salvar a la UD tras acabar la primera vuelta con solo once puntos. El presidente Miguel Ángel Ramírez no acude al palco del recinto de Siete Palmas desde el pasado 17 de febrero. En la dirección deportiva, dirigida por Toni Cruz, se recurre al silencio. Jémez contra todos. Señalado por un proyecto de mentira, que ha soltado por los aires con un descenso marcado por el fracaso de gestión.

Revolución y sequía

76 días sin ganar. La última victoria de la UD se remonta al 2 de febrero ante el Málaga en Siete Palmas. La maldición del minuto 93 se ha cebado con Jémez. Levante y Betis esperaron al último segundo para triturar al bloque isleño. Máxima crueldad con el moribundo.

La legión del camuflaje encadena once jornadas sin vencer. Una eternidad. Con la baja del lateral Míchel Macedo por sanción, Jémez pierde también a Peñalba, Bigas, Emenike, Momo y Expósito por lesión. En lo referente a Tana y el 'caso cortacabezas', el canterano vuelve a quedarse en la grada. Descartado por cuarta ocasión en las últimas cinco jornadas, sus valoraciones por la limpia en el vestuario le han salido caras.

Para evitar la debacle en Siete Palmas, Jémez anuncia cambios en relación al once que cayó en el Villamarín -sistema de tres centrales-. Chichizola y Raúl, que estuvo de cine ante los béticos, luchan por un puesto en la portería. Vuelve la política de rotaciones en el arco.

David Simón, Gálvez, Ximo y Matías Aguirregaray completan la muralla. Etebo, Vicente y Aquilani portarán la batuta en la medular. Con solo 22 tantos en 33 encuentros, Halilovic, Ezekiel y Calleri parten con la dura misión de acabar con la sequía. El pecado de Jémez se fundamenta en no dar con la fórmula ofensiva precisa. La UD es un sello inofensivo. Misiles de cartón.

En la otra trinchera, un Deportivo Alavés lanzado con la partitura de Abelardo. A tres puntos de certificar la permanencia matemática, con el asturiano contabilizan diez victorias en 20 partidos. La vida por el escudo. El Gran Canaria reclama dignidad ante el abismo. La tarde de la guillotina.Juicio diabólico con noventa minutos en el alambre.