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El papel de la cantera

Sin grancanarios en el 'once' 17 años después

La última vez sin canteranos de inicio en Primera fue en Vallecas en 2001

Hay una cosa que tienen en común la alineación que presentó la UD Las Palmas el domingo pasado frente al Getafe y la que dispuso el 21 de enero de 2001: no había ni un sólo futbolista grancanario en ninguna de las dos. Han tenido que pasar más de 17 años para volver a encontrar un 'once' sin un sólo futbolista de la tierra en Primera División, lo que no deja de ser extraño en un equipo caracterizado durante toda su historia por tirar, al menos, de un jugador de la casa.

Aquel día, en la jornada 19 del Campeonato Nacional de Liga -última de la primera vuelta-, la UD estuvo huérfana de canarios en su equipo titular en el Estadio de Vallecas. El técnico Sergio Kresic, el hombre que había llevado a Las Palmas a la máxima categoría el curso anterior, y que luego iba a conseguir la permanencia, puso a Nacho González en la portería, a Edu Alonso, Olías, Álvaro, Schurrer y Jarni en defensa, a Samways, Josico y Pablo Lago en el centro del campo, y a Oulare y Eloy en la delantera. Nadie de la cantera.

Nueve nacionalidades

Había dos argentinos, un brasileño, un croata, un inglés, un guineano y cinco peninsulares, aunque luego acabó jugando un futbolista de la tierra: Ángel López, que sustituyó a Jarni en el minuto 78. El resultado final fue de 1-1, con goles de Pablo Lago para los amarillos (minuto 28) y de Jon Pérez Bolo (39') para los franjirrojos.

Si bien en el barrio madrileño coincidieron en el 'once' futbolistas de seis nacionalidades diferentes, el domingo en el Gran Canaria lo hicieron siete: dos argentinos (Chichizola y Calleri), dos nigerianos (Etebo y Ezekiel), un brasileño (Macedo), un uruguayo (Aguirregaray), un italiano (Aquilani), un croata (Halilovic) y tres peninsulares (Gálvez, Ximo y Nacho Gil). El resultado, al contrario que la vez anterior, fue una derrota por 0-1, con gol de Ángel (minuto 88).

Las dos alineaciones, con 17 años de diferencia, sumaron un total de nueve nacionales distintas, sólo que en esta última ocasión el significado de la ausencia de grancanarios en el equipo inicial de Paco Jémez escenificó algo mucho más importante que el mero dato cuantitativo: la pérdida de una identidad que la UD se había creado desde que Quique Setién llegara al banquillo de Siete Palmas en octubre de 2015.

El entrenador cántabro, desde el principio, se empeñó en imponer el sello del fútbol canario como instrumento para revertir la mala situación en la que se encontraban los amarillos tras la destitución de Paco Herrera en la octava jornada después de perder en Getafe (4-0). Entonces, el equipo era penúltimo en la tabla y contaba únicamente con cinco puntos. Setién dio protagonismo a futbolistas defenestrados como Vicente Gómez y sobre todo Tana para construir un estilo basado en el buen manejo del balón que tenían esos dos jugadores más Roque Mesa, Jonathan Viera o Dani Castellano.

Así, la UD Las Palmas ofreció el que para muchos fue el mejor juego de su historia, con jugadores de la casa. La plasticidad, además, iba acompañada de resultados. El equipo reaccionó no sólo para remontar y salvar la categoría con holgura en la campaña 2015-16, sino también para hacer soñar con la clasificación para Europa el curso siguiente, hasta que el anuncio por parte de Setién de que no renovaba empañó todo lo que se había conseguido: Las Palmas, prácticamente salvada en la primera vuelta, se arrastró durante la segunda.

Todo ese llamado estilo canario de la UD se perdió hace tiempo, pero el domingo se escenificó en un 'once' sin un sólo futbolista de la casa, algo que no sucedía en Primera desde enero de 2001, hace 17 años. Entonces, el contexto era diferente, pero también reveló que a Kresic no le importaba el origen de los jugadores. A Jémez tampoco.

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