45 días y una conexión interplanetaria. De Quique Setién a Vicente Gómez. Oratoria desde el corazón. Un baño de lágrimas, un descenso y una relación desde la admiración. El entrenador del Real Betis, coleccionista de premios y gloria por un curso apoteósico de verdiblanco -fue galardonado por la Fundación Johan Cruyff-, se detiene en el fotograma del pánico. El llanto de Vicente. El ocaso de los líricos del balón.

El pasado 22 de abril, la UD ya era carne de Segunda División y el '4', delineante poético en la era de seda con el cántabro, fue el único que perdió el alma. Ese torrente lacrimógeno significó el final de un ciclo de tres campañas en el salón de Messi.

"De Vicente Gómez ya dije que sería un Presidente el día de mañana para la UD del que seguro toda la isla estaría orgullosa de estar representando a su Institución más querida. Sus lágrimas sentidas el día que se consumó el descenso me llegaron a lo más profundo. Las conozco. Se te va la vida con ellas. Esa mezcla de frustración y odio por lo que pudo ser y no fue, por lo vivido y el sin vivir que te arrastra sin poder escapar. De esa oscuridad solo queda levantar una fortaleza y seguir. Solo los que no miran atrás y tienen la fuerza de la dignidad salen adelante y podrán caminar con la cabeza bien erguida. Y VICENTE siempre me demostró ser un hombre digno de su profesión; de su persona y también de llevar la camiseta amarilla que siempre amó",relata Setién a este medio.

La temporada 2017-18 de Vicente Gómez quedó cifrada en 28 duelos oficiales. En diez partidos de Liga portó el brazalete de capitán. Formado en la cadena del Huracán, contabiliza 242 partidos de amarillo, tras debutar en la 2010-11, en la categoría de plata. A sus 29 años, tiene contrato hasta 2020. Estuvo en la órbita de la selección nacional -enero de 2016-, extremo que fue confirmado por el propio exseleccionador Del Bosque.