"Araujo vino gordito, pero está enchufado". El 28 de julio de 2015, el preparador Paco Herrera -ahora en el Aris de Salónica de la Superliga de Grecia- reconocía con su humor paternal los excesos veraniegos del pistolero Sergio Ezequiel Araujo (89 partidos de amarillo, 31 goles). La estrella del mágico ascenso del 21-J se presentó con ocho kilos por encima de su peso, en la fase preparatoria para el regreso a la Primera División, tras 13 años de peregrinaje por el infierno. Pero tras su cesión por el AEK de Atenas -a las órdenes de Manolo Jiménez-, el Chino ha cambiado. Su reciente paternidad también ha influido. Ha revolucionado el primer día de la pretemporada, con una doble sesión en El Hornillo, aterrizando finísimo. "Parece su primo, es otro", insisten y bromean desde el entorno amarillo.

Amplió su contrato hasta junio de 2023 y fue el jugador escogido para la presentación de la nueva equipación Acerbis. Galones y protagonismo para el activo que más cobra del plantel. Se le respeta su salario a pesar del descenso. Está llamado a convertirse en el héroe del ascenso de junio de 2019. Y ha llegado como un avión. Chino airlines, en busca de la gloria de la mano del estratega que ha logrado cambiar su carrera tras conocer el abismo. Araujo y Jiménez, una pareja que es ahora garantía de éxito.