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Rubén Castro y su largo peregrinaje hasta la cima

El delantero vivió un camino sinuoso hasta asentarse en el Betis

Rubén Castro y su largo peregrinaje hasta la cima

Hasta que llegó a Heliópolis, la carrera de Rubén Castro no estuvo marcada precisamente por su estabilidad. De hecho fue más bien todo lo contrario. Y no habrá sido por goles. Porque eso es lo que le ha hecho hacer carrera al delantero de La Isleta. Marcar y marcar y marcar y volver a marcar. La frase no es hecha. Basta con mirar las cifras que deja en el Real Betis Balompié: 147 goles en 290 encuentros de verdiblanco.

Pero la carrera de Rubén Castro, para bien o para mal, está marcado por otro traspaso donde no estaba implicado: el de Gabriel Schürrer a la UD Las Palmas desde el Deportivo de La Coruña. Para compensar la ausencia del pago acordado -unos 600 millones de pesetas, algo más de 3,5 millones de euros-, acabaron en Riazor algunos de los jugadores más prometedores de la cantera amarilla. Los primeros, Rubén Castro y Momo.

El delantero de La Isleta venía de completar su mejor año en la UD Las Palmas. El conjunto grancanario se marchó a Segunda División B en una temporada infame donde los tantos del canterano fue lo más potable. Sus 22 goles en la temporada 2003-2004 le valieron un salto a la Primera División y el camino más largo hasta el triunfo. Un peregrinaje por varios equipos hasta caer en el Benito Villamarín.

El Albacete fue la primera parada de un futbolista determinante en la UD cuya progresión se vio frenada por la falta de continuidad. Volvió a La Coruña, siguió en el Racing de Santander, Nástic de Tarragona, Huesca, Rayo Vallecano y, por fin, Real Betis Balompiés. Vallecas le abrió la puerta de Heliópolis, sobre todo gracias al impacto que tuvo en él Pepe Mel. El técnico madrileño supo exprimir el jugo goleador del isletero. Y de ahí, al elenco de leyendas del Real Betis Balompié. Ocho años donde Rubén Castro ha vivido un idilio con el club de las trece barras verdiblancas.

Y eso que no eran buenos tiempos por la casa del Betis. Empezó en Segunda División para ascender hasta la élite. En su primer año, 27 goles en la Liga para conseguir un salto a Primera División brillante. La leyenda bética cogía forma. Desde ahí, en la temporada 2010-2011, hasta llegar a jugar la Europa League en el curso 2013-2014, donde alcanzó los octavos. Sin embargo, volvió a caer a la Segunda División. Otro ascenso más al año siguiente, con 31 goles y su segundo trofeo de Pichichi -tras el logrado con la UD Las Palmas-, lo terminaron de encumbrar. Los goles en Primera siguieron cayendo.

Horas bajas

Este verano, Rubén Castro respiró. La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla confirmó la sentencia del Juzgado de lo Penal 14 que absolvió al delantero grancanario por los presuntos malos tratos cometidos contra su expareja. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía rechazó los recursos de apelación de la Fiscalía y la acusación particular contra una sentencia absolutoria del 27 de julio de 2017. Un asunto judicial que comenzó en 2013 y que acabó el 28 de junio de este mismo año.

Rubén Castro escogió el 'exilio' a China al término de la temporada 2016-2017. Jugó en el Guizhou Hengfeng de la competición asiática, donde anotó siete goles en once partidos. Los goles, ni en China dejaron de caer. Su último gol de bético, en el último duelo de esta temporada frente al Leganés.

Ahora a Rubén Castro le toca cerrar el círculo: acabar con buen pie el lugar que le catapultó al fútbol profesional. La dupla que formará en ataque con Sergio Araujo se presenta como clave para las aspiraciones de la UD Las Palmas. El hombre que se abrió camino con aquel mítico 4-2 al Real Madrid (con dos goles suyos) pide paso de nuevo. Y es que eso de meter goles forma parte de él.

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