Día grande en el Gran Canaria. UD Las Palmas y Málaga CF, los dos clubes más poderosos de LaLiga 123, se retan (17.00 horas, Movistar Partidazo) para saber quién es cada cual. Ninguno se ha enfrentado todavía a nadie de su nivel, por lo que esta tarde, además de los tres puntos, está en juego una autoridad que ni corre ni tira, pero que gana partidos. El resultado del partido no es definitivo, faltaría más cuando el campeonato discurre todavía por la sexta jornada, pero sí que vale mucho.

Tanto Manolo Jiménez, al que ya no se le presupone ningún tipo de experimento como el de Zaragoza -tres centrales-, como Juan Ramón López Muñiz, que en poco tiempo ha conseguido dar un vuelco a un equipo que el curso anterior acabó destartalado, coincidieron en la previa del choque en su mensaje: queda mucho para el mes de junio, cuando se sabrá si cada uno ha logrado su objetivo.

La magnitud del encuentro coincide con la que se presupone que será la mejor entrada del recinto de Siete Palmas hasta el momento, lo que aumenta todavía más el caché de un duelo entre dos equipos que pretenden regresar a Primera División cuanto antes y que disfrutan de los límites salariales más altos de la categoría, lo que no da el ascenso, pero le acerca.

Aterriza el líder en la Isla con la tranquilidad de haber sumado todos los puntos posibles: 15, después de cinco victorias en otros tantos partidos. Por eso le toca a la UD Las Palmas dar un paso al frente e ir a por su rival. Mandar ante un grande y durante el mayor tiempo posible, algo que todavía no ha conseguido pese a haber recibido a equipos muy inferiores a nivel presupuestario como el Reus o el Albacete, que llegaron a dominar por momentos e incluso los manchegos se llevaron un empate.

Era otra UD, pues todavía no se había cerrado el mercado de fichajes, pero ya con la plantilla cerrada tuvo minutos de zozobra en Almendralejo, donde sufrió un mundo para ganar. Pero lo hizo, y esa es una de sus virtudes principales: necesita muy poco para vencer. La semana pasada le tocó bajar al barro y librar una dura batalla, por si fuera poca cosa, con un guerrero menos -por la expulsión de Ruiz de Galarreta-. Hoy el contexto es bien distinto.

Retoque en el centro del campo

La baja de Ruiz de Galarreta obliga a Jiménez a retocar su centro del campo preferido y los candidatos a ocupar la plaza del donostiarra son Javi Castellano y Cristian Rivera, que ni siquiera viajaron a Almendralejo. Uno de los dos formará junto a Timor y Maikel.

El otro posible cambio de la UD con respecto al choque frente al Extremadura podría ser la salida del equipo de Fidel y la inclusión de Tana por la izquierda. El de San Cristóbal, feliz por su renovación esta semana hasta junio de 2023, sólo ha salido de inicio dos veces, ambas en casa, y desea que esos aplausos que ya sustituyeron a los pitos se conviertan en ovación.

Por lo demás, la retaguardia amarilla es inamovible, con Raúl en la portería, Lemos, David García, Cala y De la Bella en la defensa, Rafa Mir en el extremo derecho y Rubén Castro, máximo goleador de LaLiga 123 -seis tantos- y principal preocupación de los defensores blanquiazules, en la punta del ataque. De la lista se cayeron los lesionados Araujo, Sacko y Mantovani, el sancionado Galarreta y los descartados por decisión técnica Parras y Momo.

El Málaga, por su parte, llega sin Juankar ni Mula -lesionados-, pero con Gustavo Blanco, un gran delantero, y una legión de futbolistas que mezclan una buena condición física con el talento, como son N'Diaye, Adrián González u Ontiveros. Pero no es la guerra de la UD Las Palmas, cuyo principal enemigo es ella misma. Esta tarde le toca enfrentarse a algo nuevo, un gallito en casa. Lo que pase no es definitivo, pero sí importa.