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La contracrónica

El vuelo de Mir y el embrujo del tridente diabólico

El ariete, que firmó su tercer gol, cautiva con Rubén y Araujo en un frente ofensivo récord en Liga: nueve tiros a portería

El artillero internacional sub 21 de la UD, Mir, ayer, celebra con la Curva su gol, que hacía el 2-0 ante el Numancia. Detrás, Araujo, Rubén y De la Bella. QUIQUE CURBELO

La gota fría atómica.

Jiménez descubre la tierra prometida. El costalero se viste de conquistador. Wasap con cianuro a los pesimistas. América es amarilla. La UD sepulta la crisis -27 días sin ganar, 286' de sequía- con una exhibición del tridente Rubén Castro Martín, el internacional sub 21 Rafa Mir y Sergio Araujo. La 'RMA' aplastó al CD Numancia (3-0) con nueve tiros a portería -récord en el curso superando la marca de la quinta jornada (5 lanzamientos al arco) ante el Extremadura-. Es noticia y un carrusel de pánico.

A los 41 segundos, un centro milimétrico del lateral zurdo De la Bella al corazón del área soriana, desde la izquierda, en una falta provocada por el killer argentino, fue aprovechada por el omnipresente Araujo para hacer el 1-0. Le dio con el alma. Corazón de sultán. De proscrito a iluminado. 756 días después, de su último tanto ante el Real Madrid, se llevó la ovación del partenón. Entre el pecho y el antebrazo, el cuero fue despedido a la red ante la indecisión del meta Juan Carlos. Fue el inicio de una tarde redonda, con empaque de homenaje. Corre, defiende, se dejó el pulmón en el banderín, para terminar siendo ovacionado por el estadio.

Posesión o pegada

La demoledora sincronización de movimientos de estos depredadores del área permite soñar y avala el libreto de Jiménez. El mismo que describió a las mil maravillas el zaguero Juan Cala ante los medios tras el vendaval. 41,5 % de posesión, 15 remates y tres goles. "En Almería tuvimos un 67% de la posesión [la UD sucumbió 3-0 en una actuación deprimente]. Prefiero ser vertical a tener la posesión de mentira. Firmo esto y estoy acostumbrado a hacerlo en mi carrera [competir con las líneas juntas y enviar balones al tridente bendito]. No podemos mariconear atrás". Hay oratoria que marca un estilo. La prosa de Cala. No se puede decir más claro.

En la décima fecha y ante un temible Numancia -al alza e imbatido en las tres últimas jornadas-, Jiménez solidificó la compenetración perfecta entre el ataque y la medular. Esclavos de la sinfonía del pánico. Resaltar el valor de dos piezas: Javi Castellano y Araujo. Más allá del 'resultadismo' -el género elegido por el entorno para descuartizar al de Arahal-, la UD presionó desde el rigor y se manejó de forma insultante en cada contragolpe. Mejor sin balón, más cómodos a la expectativa. Matar al espacio. Igual que ante el Reus y Extremadura, o en la portentosa actuación ante el Málaga en Siete Palmas.

El Chino corre, Rubén se desmarca y Mir aniquila. El murciano, en racha con la Rojita, trasladó su esperanza al partenón. Le faltó ser más solidario con el Moña, que se quedó 'rascao'. El cabezazo del internacional sub 21, en el fotograma del 2-0, llega en una segunda asistencia de De la Bella. De nuevo a balón parado, de nuevo sorprendiendo a una retaguardia de la prehistoria.

Tercer tanto de Mir de amarillo, y el final del debate: no es extremo diestro. Rafa es un punta nato. Acertó Jiménez, que lució cintura, en reubicar al ex del Valencia en el área. Donde puede lucrarse de rechaces y dudas del enemigo.

Es un tanque, el complemento perfecto para la plasticidad y armonía de Araujo. Producto de la presencia del tridente, Galarreta quedó rezagado al costado diestro -una demarcación por la que han pasado Mir, Mesa, Tana, Fidel...-.

Y el talentoso activo de Eibar cumplió en la autopista, no desentonó en la revolución de cordura. No se tropezó con Timor, ya que el timonero valenciano encontró en Javi a su espejo. El aliado perfecto para la tormenta.

Eficientes en la organización y la distribución, lo del ataque invita al vértigo. El tridente fue protagonista, el balón se convirtió en un arma de destrucción masiva. Un escudo que fabrica toneladas de espacios. Se acabó la dictadura del balón al pie. Cuando la UD amplía su campo de operaciones, es más difícil de frenar.

Diez jornadas y la sensación de que hay mimbres para el delirio. El tinerfeño Mesa, como llegador y al más estilo Vicente, lleva el gol en la sangre. Logró la sentencia y cerró el bombardeo. Blum y Tomas ampliaron la nómina de agitadores. Tana o Fidel se quedaron en el banquillo. El Numancia, acabó con nueve tiros, fue devorado por la inspiración. Letales e inmortales desde el esfuerzo. En Segunda, solo vale la sangre. El portaaviones del Roque Nublo se dejó un trozo de pulmón. Adiós a la lírica. Gobierna la pólvora. La venganza del costalero.

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