Cómo entender el 'caso Rivera' sin caer en el consumo de antidepresivos. La versión oficial de la UD confirma el ahorro íntegro de la ficha del centrocampista asturiano de 21 años Christian Rivera, que fue presentado el pasado 1 de agosto en el Gran Canaria tras llegar de la SD Eibar, y el pasado jueves se anunciaba su marcha en calidad de cedido a la SD Huesca de la Primera División. Con contrato hasta junio de 2022 con el club amarillo, llegó en una fórmula sumamente ventajosa, que ponía a Pedro Bigas de Gran Canaria en Ipurúa como moneda de cambio -se fue cedido con una opción de compra obligatoria-. "Christian Rivera sale porque el míster [Manolo Jiménez] no le está dando minutos y nosotros, desde la dirección deportiva y la entidad, necesitamos que este jugador juegue, que cuente con participación, porque es un activo del club", aseguró ayer un portavoz de altura de la UD. Solo unas horas antes, Jiménez dio su versión, aduciendo, que el exjugador del Eibar y Barça B no se había "adaptado".

Otro de los elementos de interés, en el 'caso Rivera', lo juega la agencia de representación Bahía. Se trata de la empresa que representa a Rivera y juega un papel histórico capital en el desarrollo y consagración del Huesca. 'Rivera tendrá participación en el club oscense y tendrá un rol determinante', insisten desde la dirección deportiva de la UD. El Huesca no tiene opción de compra. La entidad grancanaria confía en la revalorización de un jugador que estaba llamado a ser importante en la era costalera, pero la contratación de David Timor y el renacer de Javi Castellano ha juagdo en su contra. Y no puede estar en el banquillo. Sería un pésimo negocio.