Una guillotina en el horizonte. Jiménez, gana o revienta. El título de la producción de esta noche. El técnico de la UD, 172 días después de su presentación y 132 días después de su primer día de trabajo en El Hornillo, afronta su primera gran reválida en el cargo ante el respetable. Ganar o terremoto del pánico. La UD, siete puntos en las últimas siete jornadas -los 48 días negros del costalero-, está abocada a la victoria ante el líder Granada, que se presenta en el partenón de Siete Palmas con una ventaja de seis unidades. Un desliz deja al gran candidato al ascenso a nueve de la primera plaza -tras la disputa de 14 jornadas-. A las 20.00 horas (TVC) se alza el telón. La función lo todo: quilates, talento, tensión y drama.

El cuadro amarillo pierde a Rafa Mir, Sacko, David García, Momo y Gaby Peñalba. Lo que obligará a Jiménez a realizar un descarte -todas las papeletas apuntan al lateral diestro Parras-. Jiménez, en su baile de piezas, lo ha intentado de todas las maneras: un punta, con el tridente, tres centrales, con un rombo, con un 4-4-2... En ese baile de dibujos, se ha ido esfumando el cartel de monarca del rigor. Debe definirse.

La retaguardia parece intocable con Raúl Fernández, Lemos, Deivid, Cala y De la Bella. En la medular, regresa David Timor y Galarreta es intocable para el preparador del Arahal -seguiría incrustado a la derecha-. Javi Castellano completa el trivote. Y por delante, Tana, el gran soldado de la pasión. Míster fantasía, el único activo de desequilibrio. En Elche, se consagró. Como ya hiciese en La Romareda. Le falta el gol y consagrarse en las mazmorras del balón. Como mosqueteros: Araujo y Rubén. La nueva dupla atómica. El Moña, suplente en el Martínez Valero, retoma los galones. Lo hace con polémica pero despiadado.

En la previa del Elche-UD, Jiménez señaló que sería reservado por orden médica -lesión en el ojo- pero el pistolero de La Isleta aclaró que obedeció a un criterio técnico. Más allá del Sálvame del balón, Rubén lleva un gol en las últimas ocho jornadas. Su explosión realizadora -seis dianas en las primeras cinco jornadas- puso a la UD en órbita. Y ahora, para escapar de las tinieblas, la pólvora de la leyenda del Betis es fundamental. Es agua bendita.

Las paupérrimas cifras de visitante -seis puntos en seis jornadas y que dejan a la UD en la 11ª plaza en esta relación- chocan con la serenidad y rigor en la fortaleza del Gran Canaria. Jiménez se mantiene invicto en la Isla, tras computar quince puntos: cuatro victorias, tres empates, doce goles y dos en contra. La última derrota de la UD en el partenón se remonta al 19 de mayo, ante el Girona, en el punto y final de la 'era Emenike'. Un alivio ante la mayor de las deshonras en Primera. El espíritu de la caldera amarilla jugará un papel estelar para resucitar a la legión costalera de Jiménez.

Un calvario llamado córner

"Cada partido será una final". Frase del devoto de la 'J' en el día de su presentación. Jiménez ha ido brindando recados dialécticos de adrenalina. 'Tenemos la mejor plantilla de la categoría' y para rematar el nivel de autoexigencia: 'Sería un fracaso no ascender en junio'. Los tres empates consecutivos ante Mallorca (2-2), Dépor (1-1) y Elche (0-0) han encendido el piloto rojo. Y es el aspecto de los saques de esquina, donde la UD ha dejado más que desear. Solo ha firmado 36 saques de esquina -el cuadro que menos saca de la competición- y ha recibido 66. Lo que deja una media de 5,7. Lluvia de dardos envenenados. Pero hay más.

Con un plantel repleto de estrellas, la UD ha concedido 54 disparos a portería en 1.170'. Es la prueba del algodón de una fábrica de despistes. Raúl Fernández ha tenido que multiplicarse, en este tramo inicial de la competición, con un recital de paradas increíbles. Ha recibido 10 tantos y se exhibe con 44 intervenciones. Algo inadmisible para un sello obligado a sellar el ascenso, tras el desastre de la 'era Emenike', por lo civil o lo criminal. El cuadro amarillo ha permanecido cuatro fechas en puestos de ascenso directo y el resto, nueve, en la zona de promoción de ascenso. Un descalabro esta noche, sumado a las victorias de Mallorca o Osasuna dejarían a los amarillos fuera de la zona de privilegio.

Bajo el calor de la fatalidad y la expectación, llega el Granada de Diego Martínez. Ingeniería del dolor. 57 tiros a puerta, 20 goles y 67 córners. Ataque descarado. Puertas (seis dianas) es el pichichi del escudo de moda. En el tramo de la parálisis -últimas siete jornadas-, el once nazarí suma nueve más que los amarillos. Los de Jiménez han invertido 9,7 'kilos' más y el tiempo no perdona. Habla el verde. Responde la grada. Triunfo o estallido de ira. Resurrección o la sombra del acero. El fino metal como juez soberano. Es el día del juicio final para el piloto del Ferrari amarillo.