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El proyecto / El técnico de la ilusión

Herrera, un año más por subir

El contrato del técnico catalán, que finaliza en junio, tiene cláusula de ampliación hasta 2020 en caso de sellar el ascenso

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Entrenamiento de la UD Las Palmas (20/11/2018)

Bonificación para Herrera si alcanza el objetivo. Besar el segundo ascenso a Primera de amarillo tiene premio -sería el tercero a la máxima y el cuarto de su dilatada carrera de 27 años en un banquillo-. El preparador catalán Francisco Herrera Lorenzo, cuyo contrato se extingue el 30 de junio de 2019 [firmó el pasado sábado], maneja una ampliación automática hasta 2020 si logra el objetivo -tanto por la vía directa como por la promoción-.

El técnico de 64 años, que contabiliza 444 encuentros en Segunda, tomó las riendas de la UD el pasado lunes, tras la destitución del sevillano Manolo Jiménez -duró 174 días-. El empate ante el Granada (2-2), en el Gran Canaria, del pasado viernes, fue el epitafio del costalero. La guillotina de la indefinición táctica y la parálisis, ocho puntos en las últimas ocho jornadas, resultó indefendible. El ascenso directo está a siete puntos. Cabe añadir que Jiménez, con contrato hasta junio, tenía la opción de prórroga si lograba el ascenso. Se repite el mismo marco contractual con Herrera. En su anterior etapa en la UD, el catalán también firmó por un curso y luego selló el salto de categoría en el 21-J. Iniciaría el proyecto en la 2015-16 en Primera y sería despedido en la octava jornada -18 de octubre-.

Catapultar el Ferrari de los 19,2 millones de euros -el valor del plantel- al reino del caviar es el 15o proyecto profesional de Herrera. Su conocimiento de la categoría lo confirma un dato: afronta su equipo número doce en el planeta de plata.

'Herrerina' en estado puro

Recuperar el esférico como hienas. Salir con la posesión a la velocidad del rayo supersónico y apostar por el criterio. El nuevo dogma de la UD.

Orden, rigor y anticipación a 300 km/h. En su segunda sesión, Herrera insiste en el trabajo con balón -lo que conforma una práctica revolucionaria en relación a Jiménez- y muestra uno de sus elementos capitales en su credo táctico. Y sin él, salir como lobos. La consigna es categórica: robar en segundos. La UD recurre a la herrerina. Una vitamina para escapar de la depresión.

El barcelonés -afincado en Badajoz-, que el sábado inicia su segundo ciclo ante el Cádiz en el Carranza (19.30 horas, TVC), ha quitado las cortinas. Dinamita el cartel de puerta cerrada -salvo una sesión táctica a la semana-, que se instauró en el día a día del club isleño des de septiembre del 2017 con Manolo Márquez. El esférico, tras las primeras 48 horas, recobra todo el protagonismo como en el ciclo Setién. Adiós a las tinieblas. "¡No hay prisa, no hay urgencia; hay velocidad!", exclama una y otra vez a sus pupilos. "¡Que no pare el balón, que no deje de correr!", otra de las consignas.

Pulir una UD atlética, con líneas herméticas y que despliegue compromiso. Con un tinte de fantasía. Herrera lucha contra el crono. Se ha agotado un tercio de la Liga (14 batallas) y restan 28. Cádiz, Oviedo, Lugo, Tenerife y Córdoba son los rivales para clausurar 2018. En este año natural -17 salidas entre Primera, Segunda y Copa-, los amarillos contemplan un pírrico triunfo foráneo en Almendralejo y con Jiménez (1-2). El síndrome del chárter desafía a Herrera, que logró siete éxitos visitantes en la 2014-15.

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