Llegar a China y tocar el cielo. Jonathan Viera, por fin, levantó un título. A sus 29 años, en su plenitud futbolística, le llegó el premio. Su equipo, el Beijing Guoan, se proclamó campeón de la Copa del país tras imponerse en una la final resuelta a doble partido al Shandong Luneng. Además, el grancanario lo hizo por todo lo alto: marcó un gran gol en el partido decisivo.

Fue la culminación a una temporada magnífica en la que El Mago de La Feria dejó su sello para siempre en el gigante asiático. El fútbol de fantasía, de toque, vertical y, en definitiva, de calidad, le acompañó durante sus primeros nueve meses en el extranjero. Ahora sólo él sabe si prefiere quedarse en el exilio y cumplir con su contrato -le restan dos temporadas más- o si, por el contrario, opta por acercarse a Europa en busca de una oportunidad de asentarse como uno de los grandes.

Viera, que se marchó de la UD Las Palmas durante el pasado mes de febrero, en plena competición, tras recibir una suculenta oferta que según él no podía rechazar, puso ayer la primera piedra para que su equipo acabara alzando la Copa. Corría el minuto 16 cuando el grancanario recibió el balón entre líneas, se dio la vuelta para meter la directa hacia la portería y, tras dejar a trás a unos cuantos rivales, colocó el balón con una clase exquisita lejos del alcance del portero.

El primer paso estaba conseguido. El empate de la ida (1-1) en casa del Beijing Guoan obligaba a los verdes a marcar un gol fuera de casa. Viera se encargó de ello por la vía rápida. A partir de ahí, el encuentro fue una locura. Al empate del Shandong Luneng a la media hora le sucedió la incertidumbre típica de una final, el miedo, el temblor de piernas, la ansiedad.

Hasta que a nueve minutos para el final el cuadro capitalino logró su segundo tanto y prácticamente dejó sentenciado el título. Todavía hubo tiempo para el suspense con la igualada local en el 89, pero Viera estaba predestinado a celebrar el primer título de su carrera.

Con el pitido final, estalló la fiesta del Beijing Guoan. El grancanario, visiblemente feliz, posó junto a sus compañeros con la Copa dorada y algunas de las instantáneas las compartió en sus redes sociales. El brasileño Renato Augusto, el congoleño Cédric Bakambú y el español Jonathan Soriano, los otrso tres jugadores extranjeros del equipo, fueron sus principales secuaces en los posados.

Grandes números

El alzamiento de la Copa puso el broche de oro a una campaña magnífica para el de La Feria. Siempre fue titular indiscutible para el técnico alemán Roger Schmidt, su gran valedor, y fue referente para sus compañeros locales. Al título conquistado se le suma un cuarto puesto en la Superliga, campeonato en el que llegó a estar entre los tres primeros durante buena parte del curso.

Su participación en 27 de los 30 partidos, sus 11 goles y sus 12 asistencias le avalan y demuestran que Viera no se fue a China de paseo. En Copa, esas cifras fueron de siete encuentros, cinco tantos -uno de ellos en la vuelta de la final- y tres pases de gol. Números suficientes para considerar que el examarillo dejó huella.

Ahora volverá a casa por un tiempo, tiene vacaciones. Hasta el próximo mes de marzo no dará comienzo la siguiente temporada. Está por ver si sigue allí, pero, de momento, Viera se convirtió en emperador de China con la conquista de su primer gran trofeo.