El debate en la delantera amarilla se extiende más allá de la jornada liguera. Frente al Real Oviedo, Paco Herrera optó por alinear a Rubén Castro y Sergio Araujo como los encargados de amenazar la portería asturiana y decidió romper el famoso tridente y dejar en la banqueta a Rafa Mir.

Ayer, el técnico insular decidió realizar un partidillo entre los jugadores del primer equipo que no fueron de la partida inicial, además de los que permanecieron en el banquillo y en la grada del Estadio de Gran Canaria frente a un combinado de jugadores de la base amarilla.

Los hombres de la primera plantilla consiguieron llevarse el enfrentamiento, que duró 70 minutos -dividido en dos partes de 35-, gracias a un solitario gol de Rafa Mir.

El delantero murciano, de esta forma, no baja los brazos y le traslada la duda a Herrera sobre su inclusión en la delantera amarilla para disputar el encuentro frente al Lugo de la decimoséptima jornada.

Mir disputó 23 minutos en el partido contra el conjunto carbayón el domingo pasado y tuvo una ocasión clara para abrir la lata, pero que desaprovechó al rematar alto el balón que recogió en el área tras un pase largo de David García desde campo propio.

Su entrada al campo en detrimento de Rubén Castro provocó el descontento de la afición, que silbó el cambio de delanteros.