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Análisis del ataque

El Araujo menos decisivo

El 'Chino', lastrado por el devenir decadente de su propio equipo, sólo suma dos goles en nueve partidos

Sergio Ezequiel Araujo. laprovincia.es

El efecto Araujo se ha diluido en la misma proporción en que la UD Las Palmas se ha desinflado en los dos últimos meses de competición hasta situarse fuera de los puestos de efecto AraujoUD Las Palmasplayoff. que sufrió durante la pretemporada, fue como un chorro de luz entre las sombras surgidas en torno al juego de los amarillos, sin embargo, el argentino, víctima de su propio equipo, también ha terminado por apagarse.

El caso del Chino no es diferente al del resto de futbolistas de la plantilla, todos lejos de su mejor nivel salvo raras excepciones -Raúl Fernández o ChinoJuan Cala El argentino ha sido engullido por la vorágine negativa de juego y resultados que afecta al cuadro insular desde hace algo más de dos meses, cuando perdió en El Molinón frente al Sporting de Gijón (1-0). Desde entonces, sólo ha sumado una victoria en 10 partidos.

Sus números en los nueve encuentros que ha disputado son delatadores: Araujo suma únicamente dos goles -uno al Numancia y otro al Granadao le sitúa más lejos del área que cerca de ella. A él, como a todos los delanteros, se le juzga sobre todo por su cifra de dianas y en ese apartado el atacante está muy lejos de lo que se esperaba de él cuando regresó en el verano pasado.

El dato es todavía más sangrante si se le compara consigo mismo, con el Sergio Araujo -en este caso, el catalán sólo lleva dos partidos al frente-. En el mismo número de partidos, en este caso desde el inicio del curso, el Chino sumaba ya ocho goles, es decir, casi uno de promedio, aunque en realidad los había conseguido tras la disputa de sólo siete jornadas.

La Llagostera, el Mallorca, el Rácing de Santander, el Sporting de Gijón, el Lugo. La facilidad con la que veía portería y generaba terror en las defensas rivales era pasmosa.

Ahora el contexto es diferente. En aquel entonces, el argentino acababa de aterrizar de nuevo en España -antes había militado en el filial del Barcelona- y su estado de motivación estaba por las nubes. Pero, sobre todo, jugada como delantero, arriba, muy cerca del área, donde realmente marca la diferencia. Él solo se había ganado el derecho a ser titular indiscutible con una carta de presentación extraordinaria. Hoy, cuatro años después, bien por la presión que él mismo se pone o bien por los vaivenes de sus entrenadores , no termina de encontrarse en el equipo.

En lo que va de campeonato, Araujo ha participado ya en tres posiciones distintas: la de extremo izquierdo, la de mediapunta y la de delantero centro. Manolo Jiménez, que lo tuvo durante un año y medio en el AEK Atenas, donde el futbolista volvió a mostrar su mejor versión después de una campaña y media con la UD en Primera llena de turbulencias, le situó sobre todo en la banda izquierda, donde se le vio más en posiciones defensivas para tapar las subidas del lateral derecho rival que en ataque.

Producto de su propia naturaleza, el argentino tendía a irse hacia el centro para entrar más en contacto con el balón, lo que atascaba todavía más un centro del campo sobrepoblado de jugadores interiores. Aún así, gracias a su calidad, casi siempre fue el mejor de un equipo sobrado de músculo, pero carente de talento.

Desasistido por la media

Con la llegada de Herrera, el Chino, en dos partidos, ha jugado en otras tantas posiciones. Primero, en la mediapunta, en Cádiz, y luego, en la delantera junto a Rubén Castro, el domingo pasado frente al Real Oviedo. Tampoco se encontró. A pesar de que con el nuevo técnico vive más cerca del área contraria, sigue sin ser decisivo. No toda la culpa es suya, porque se ve afectado por la nula creación del equipo en la media, que tiene a la vanguardia completamente desnutrida.

A él le corresponde no querer hacerlo todo y rondar la zona del campo donde es determinante; la UD, por su parte, debe hacer algo mucho más grande: formar de una vez por todas un bloque que sepa a lo que juega. En ello se encuentra Herrera, que debe encontrar la fórmula no sólo para recuperar la mejor versión de Araujo, sino la del propio cuadro amarillo.

El delantero ya demostró que es capaz de estar a un nivel mucho más alto del que está. Por ahora, no es decisivo. Dos goles en nueve partidos, una media de dos disparos por choque, dos asistencias y más faltas cometidas que recibidas le delatan. Todos le esperan.

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