Un latir deprimente. Señores, esto es un desfalco. 'Unión Depresiva' Las Palmas. Un escudo millonario directo al abismo. La UD sucumbió anoche en el Ángel Carro ante un CD Lugo (4-2) pragmático y escenifica su hundimiento. Una victoria en las últimas once jornadas confirman, en la antesala del clásico canario, que hay motivos para la alarma. El efecto Herrera salta por los aires y queda comprobado que el despido del costalero Manolo Jiménez fue un error bochornoso. El sevillano nunca recibió cuatro tantos y el ahora estratega amarillo ha recibido ocho en las dos últimas salidas.

La última ocurrencia de Herrera fue salir con tres centrales -Deivid, David García y Cala- y recibió cuatro puñaladas. Acabó recurriendo a Fidel Chaves y Blum. Con extremos y a la desesperada confirmando que no queda un ápice de coherencia en un plantel glamouroso.

En el festival de Cristian Herrera -el grancanario firmó dos tantos-, el Lugo impuso su determinación ante una UD paupérrima en defensa. Lo de Deivid clama al cielo. Forzó una pena máxima y confirma a los cuatro vientos que no está para el oficio. Su titularidad, avalada por Herrera, abre todos los debates.

El bloque amarillo acabó con un 53% de posesión y 16 remates. Cinco tiros a portería y cuatro fueras de juego. Escapen de la lógica de las cifras. El plantel amarillo está sumido en un calvario eterno. Esto solo lo salva la esperanza, y creer en un proyecto que precisa de alegría.Herrera lleva un punto de nueve, y ha recibido dos señores repasos.

La contienda comenzó con una amonestación a Deivid (11'). Era lo que tenía que pasar. El destino macabro del sello millonario. Igual que en Montilivi el pasado enero. Cuando la legión isleña se llevó seis ante el Girona en la matanza de Texas. Pena máxima. Pecado eterno. Las concesiones de un sello irreverente, que no sabe defender como los hombres. Pobre Nauzet Pérez. Tiro cruzado desde los once metros del grancanario Cristian Herrera -defenestrado por los rectores de la cantera de Siete Palmas- y 1-0. Sin margen para calibrar la revolución silenciosa, la UD ya estaba de rodillas.

Con David García, Deivid y Cala en el eje central -Dani y Lemos quedaban como extremos-, prescindir de Tana era el último guiño al disparate. Patada de Timor y amonestación para el centrocampista. Aún esperamos la versión esplendorosa del pivote del Girona. Lo de ahora, es una broma. Una caricatura.

José Carlos Lazo parecía internacional y Cristian Herrera campó a sus anchas. Escriche e Iriome dieron oxígeno a un Lugo disparatado. Pero eficiente. El cuadro gallego, que solo había ganado un partido de los últimos ocho, se dio un festín y deja a la UD mirando al pozo.

En esa contienda de ida y vuelta, Deivid derribó a Lazo y llegó el primero del vendaval. Cabezazo de Rubén Castro y balón para Juan Carlos. Misil de Lazo y despeja Nauzet con los guantes de acero.

La UD se vino arriba. Tanto de Rubén Castro -anulado por posición ilegal- y Juan Cala logró el tanto de la igualada. Zarpazo desde el corazón del área. Remate preciso del cirujano para el 1-1. El bloque amarillo se abrazaba al encuentro desde la picardía. El rol de la veteranía. Abrazo a la experiencia. Tablas y un guiño a la cordura. El verde legionario se apoderaba de la taballa del músculo en Lugo.

En el 36', tras un rebote, y dejando patente la falta de contundencia de la zaga amarilla, Herrera estiró su condición de ariete indomable. Ante el festival realizador, solo queda resaltar el despligue de Lemos. Partidazo del lateral de la UD, que cautivó desde el derroche. Completó un tiro de caviar que fue desbaratado por el meta Juan Carlos.

Ante el éxtasis del cohete Lemos, centro de Kravets, acaricia Escriche y puñalada de Herrera. 2-1 y la crónica del hundimiento. Otra vez, una vez más, contra el ritmo de las mareas. No hay manera de defender desde el rigor. Pero todavía se podía caer más bajo. Despertó el segundo acto y estalló el 3-1 de Escriche. Asistencia de Lazo y la vulnerabilida de una retaguardia de cartón. No por acumular más efectivos se defiende con más rigor. Ver a Mantovani en la grada sonroja, cuando Deivid tiene garantizada la titularidad sin saber el por qué. Las cosas de esta UD que huela a rancio. El gigante tiene pies de barro. Ni Rubén Castro puede reparar un proyecto que va camino de Segunda B.

No cayó la UD en el desánimo. Apareció el nervio de Maikel Mesa. El tinerfeño remató a la red un centro de Lemos. Era el 3-2 y el Chino pudo empatar a la hora de partido tras estrellar su remate en el cuero. Ya en el descuento, Iriome, con un disparo fortísimo y colocado desde la frontal del área, selló la victoria rojiblanca para el deleite gallego.

Jaque al talento

Prescindir de Tana es un pecado mortal. No cabe en la lógica. Herrera lo hizo en Lugo y se llevó cuatro. Un wasap diabólico. Jamás apareció el artista del barrio pesquero de San Cristóbal en un verde maltrecho, sin vías para la poesía. Resulta reseñable el declive de Herrera, que recurrió a última hora a Fidel y Blum como agitadores. Así como a Rafa Mir, que terminó atropellado.

Iriome puso el broche funesto al disparate. De la UD, pocas noticias. Un sello debil y que demanda un motivador nato. El domingo llega el Tenerife bajo la dictadura del disparante. Mas allá de un sello bromista con tres centrales, queda patente que Deivid no vale para este equipo y Tana merece una disculpa.

El gran candidato, 20 millones de inversión, es una broma. La UD ni está ni se le espera. Se presenta como el mayor desfalco de la historia. Solo queda el orgullo de Rubén. Se dejó el alma en el jardín enemigo. Este equipo debe disculparse ante la grada. Llega el derbi y no hay motivos futbolísticos para creer en la reacción. Más allá del debate de los extremos, deben jugar los buenos. Prescindir de Tana es una concesión inadmisible. La UD no sabe defender. Es un grupo con armonía pero sin disciplina. Cuatro en el Carranza y cuatro en el cementerio del Ángel Carro. Pidan un valium.

El 6-0 de Montilivi, ante el Girona, escenificó el hundimiento de la era del camuflaje de Paco Jémez. Ayer, ante un CD Lugo inerte, la UD se inmoló en prime time. El camino hacia el ascenso resulta carísimo. 20 millones de euros a la basura. Alguien debe dar alguna explicación. Desde el adiós de Setién -marzo de 2017-, la UD es un alma en pena. Se arrodilla en cada esquina para perder la vergüenza. De Lugo a ninguna parte. Otro repaso fatal.