El primer partido de la segunda vuelta entre el Reus Deportiu y la UD Las Palmas, que había de jugarse mañana (19.30 horas) en el Camp Nou Municipal, no se disputará. Los futbolistas del equipo catalán solicitaron a la Real Federación Española de Fútbol aplazar sus dos próximos compromisos, ante la UD y el Albacete, porque la plantilla cuenta sólo con 11 futbolistas profesionales -tiene 12, pero el portero Pol Freixanet está lesionado- por culpa de los graves problemas económicos que atraviesa la entidad.

El organismo que rige el fútbol español consultó ayer a ambos clubes para conocer su opinión. En el caso del canario, la respuesta fue que no se opone a la petición de los jugadores del Reus y que está dispuesta a acepta la decisión definitiva de la Federación, que, casi con toda probabilidad, hará oficial el aplazamiento del encuentro a lo largo de esta mañana.

Mientras, la UD se mantiene a la espera del anuncio, aunque desde el club piensan que, seguramente, el choque no se disputará y, por tanto, la expedición no partiría hacia Barcelona como tenía previsto. El traslado o no hacia la capital catalana dependerá de la hora en la que la Federación se pronuncie. El avión de la UD sale a las 15.20 horas después de realizar el último entrenamiento en el Estadio.

Si el anuncio se produjera por la tarde, Las Palmas se vería obligada a tomar el avión rumbo a Barcelona, aunque eso no quiere decir que el partido se vaya a jugar. Además del posible retraso en el comunicado de la Federación, hay otro supuesto mediante el cual la expedición amarilla también emprendería el viaje: aunque el organismo diera la razón a los jugadores, el Reus como club, a través de sus directivos, podría recurrir la decisión, la cual quedaría sin efecto y el choque tendría que jugarse. Sin embargo, se trata de una opción bastante improbable.

Un derrumbe imparable

Los acontecimientos se precipitaron ayer después de que el juez de instrucción que lleva el expediente disciplinario abierto al Reus por los impagos a los jugadores acabara su cometido con la siguiente propuesta: "expulsión temporal de cinco años de la competición profesional" y "multa económica de 250.000 euros", tal y como avanzó RAC1 al mediodía.

Ahora el Juez de Disciplina Social, Manuel Rivero, decidirá si acepta o no la petición del juez instructor. La resolución definitiva debía de conocerse antes de la conclusión de enero, sin embargo, los propios futbolistas del Reus se adelantaron y solicitaron a la Federación suspender los dos encuentros que todavía debía jugar este mes.

En el caso de que el Juez de Disciplina Social aceptase la propuesta del juez de instructor, el Reus quedaría expulsado de la competición y, por tanto, todos los partidos desde entonces se saldarían con un triunfo para todos sus rivales.

La preferencia de Las Palmas

Es por ello por lo que, al margen de la decisión que pueda adoptar la Federación sobre el aplazamiento o no del encuentro, a la UD Las Palmas no le interesa jugar el partido. En el club prefieren no correr el riesgo de perder o empatar si luego el Reus puede desaparecer a final mes y al resto de los equipos de les regalarían tres puntos. Aun así, insisten en que aceptarán la decisión que tome el organismo.

En el caso de que la decisión final sea la de aplazar el choque, algo que se da por hecho, la UD no sumaría ningún punto y tendría que esperar a que el Juez de Disciplina Social se pronuncie sobre si sanciona a la entidad catalana con cinco años sin poder competir y 250.000 euros de multa.

Si, por el contrario, Las Palmas tuviera que trasladarse por un posible recurso del Reus como club a la decisión de la Federación, cabrían dos opciones: que se jugase o que los jugadores no se presentaran y, en tal caso, se daría el partido por ganado al cuadro amarillo por incomparecencia. Pero, casi al 100%, el Reus-UD no se juega.