Cuando Paco Herrera compareció ayer al mediodía ante los medios de comunicación no sabía si el partido que había de enfrentar a su equipo contra el Reus al día siguiente -hoy- se iba a disputar. Lo que sí tenía claro es que todos iban a viajar a Barcelona para luego trasladarse en guagua a la localidad tarraconense, porque nadie a esa hora de la mañana les había comunicado que el choque no se iba jugar. Siete horas y media después, la expedición amarilla aterrizó en el aeropuerto de El Prat con la sensación de que había realizado un viaje para nada.

"Ya sabíamos que iba a pasar esto, pero teníamos que seguir el procedimiento. Era consciente de que LaLiga iba a emitir una resolución de suspensión del partido más allá de lo que dijese la Federación. Estábamos esperando a ver si la Federación lo suspendía, pero lo ha suspendido LaLiga y ya es suficiente", aseguró el presidente Miguel Ángel Ramírez en los medios oficiales en Barcelona".

"Cuando estaba entrando en el avión recibí una llamada de LaLiga diciéndome lo que se iba a dictaminar, pero en ese momento no podíamos dar marcha atrás, porque yo tengo que tener la confirmación de la Federación de que va a ir en la misma línea", añadió el máximo mandatario amarillo.

Eso no sucedió hasta la noche, pero la resolución de LaLiga bastaba para tener claro que el partido, definitivamente, no se iba a jugar. Entonces, estar en Barcelona ya no tenía sentido y por eso el club, por medio del delegado Rubén Fontes, se puso manos a la obra para intentar regresar cuanto antes. Al final, se encontró un avión que debía partir a la una y diez de la pasada madrugada para traer de vuelta a Gran Canaria a la expedición.

El técnico y los jugadores

El técnico Paco Herrera, que ya había mostrado su enfado en la rueda de prensa de la mañana por la injusticia que hubiera supuesto jugar el partido si luego LaLiga iba a expulsar al Reus, volvió a mostrar su molestia. "Hace tres o cuatro horas nos podían haber comunicado esto mismo que nos comunican nada más aterrizar, con lo cual estamos haciendo un viaje que no tiene sentido", aseguró el preparador amarillo en el aeropuerto de Barcelona.

Mientras varios miembros del club trataban de encontrar una tripulación y un avión para regresar a la Isla, los futbolistas, por su parte, salieron de la instalación aeroportuaria para cenar en un restaurante de la ciudad. Había tiempo de sobra, pues mientras cenaban se les comunicó que el vuelo partía a las 2.10 horas peninsulares.

El tercer capitán del equipo, Juan Cala, también mostró su cabreo al poco de aterrizar.

"Que pase esto en el fútbol profesional en el siglo XXI es una vergüenza para todo el mundo. Que nos hagan viajar y que cuando llegues te digan que se suspende el partido es de vergüenza. Salimos perjudicados en los deportivo no por no jugar, sino porque no se sabía antes, porque igual planteas la semana de otra forma. Eso lo van a aprovechar ahora todos los equipos, para meter carga, mejorar cosas y, en definitiva, trabajar".

En cualquier caso, eso ya no está en manos de la UD Las Palmas. Como mal menor, todos los miembros del club, tanto el presidente, como el secretario técnico, el entrenador y los jugadores coinciden en que, a pesar del viaje infructuoso, con la decisión de LaLiga, y en consecuencia de la Federación, se ha hecho justicia.

"Jugar el partido de mañana -por hoy- con el consecuente riesgo de empatar o perder o de ganar sólo por 0-1 es adulterar la competición, porque si luego se suspenden todos los partidos del Reus y le dan un 0-3 a todos los equipos que no han jugado contra el Reus, al final los perjudicados somos nosotros", manifestó Ramírez.

Hoy, entrenamiento

"Este partido me tenía bastante preocupado por la concentración de los jugadores", dijo, por su parte Herrera. Eso, sin embargo, ya no será una preocupación. De hecho, el preparador de la UD piensa ya en el siguiente compromiso de los amarillos, el próximo domingo 27 de enero en Tarragona frente al Nàstic (19.00 horas).

De hecho, el hecho de regresar a Gran Canaria lo antes posible se hizo con la intención de realizar un entrenamiento esta tarde, con el fin de sustituir al partido que debía haberse disputado esta tarde. Fue la historia de un viaje hacia la nada, pero en la que la UD siente que, al menos, se ha hecho justicia.