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UD Las Palmas

Momo ilumina el despertar de una UD inerte

La aparición del zurdo, que tuvo dos muy claras, plasma los mejores minutos

Momo ilumina el despertar de una UD inerte

En la guarida del colista, la UD exaltó su condición de visitante calamitoso (0-0). Es digno de estudio por la Universidad de Oxford. Cátedra de concesiones infinitas. La patología macabra del Ferrari legionario de los veinte millones de euros -el famoso tope salarial- se propagó en el Nou Estadi de Tarragona. Se han esfumado 25 puntos lejos de Gran Canaria. El balance en once jornadas foráneas resulta terrorífico: una victoria, cinco empates y cinco derrotas. Fidel Chaves, Rafa Mir y Momo -en dos ocasiones- no lograron rematar la faena ante un rival en inferioridad numérica desde el 70'.

El punto de anoche llega con la impronta de Momo,que aportó cordura, criterio y fantasía en la fase definitiva. El alfil de El Cardón desató el despertar de la legión de fantasiosos en el tétrico Nou Estadi. Con Jerónimo Figueroa, junto a Álvaro Lemos y Araujo de temporeros, la UD miró con descaro a la portería de Bernabé. Fue una liberación. La aparición del extremo zurdo (entró en el 68' por Rubén Castro) fue la luz para un sello que sigue navegando bajo la dictadura de las tinieblas como visitante. Con un partido menos -pendientes de la resolución del 'caso Reus'-, el plantel de Herrera va duodécimo, a nueve del playoff.

El nuevo amanecer comenzó en Majadahonda (0-0). Luego se alcanzó la perfección en la ejecución ante Osasuna (4-1) y el Reus se borró del mapa -pendiente del dictamen definitivo de la RFEF y LFP-. El Nàstic de Tarragona (cuatro victorias en 23 jornadas) llevó el peso del encuentro y mereció la victoria hasta la roja de Thioune. Desquiciados por su condición de colista, entregaron su alma al diablo. En esa fase de ida y vuelta, apareció la batuta de Momo como reclamo. A pase de Álvaro Lemos, y desde el corazón del área, el envío del alfil se fue rozando el palo (76'). Y en el 83', cabezazo del voluntarioso Rafa Mir y el extremo estrella el misil en el cuerpo de un rival. Faltó triturar la maldición del 'síndrome del chárter'.

A este torrente ofensivo, cabe sumar el disparo de Fidel Chaves en el primer acto. Con cinco remates a portería -once en total- y un 56% de posesión de balón, la UD completó méritos para un triunfo plácido en esos últimos 21 minutos. Raúl Fernández completó cuatro intervenciones, pero se perdieron 114 balones. El rol de Rubén Castro se sigue difuminando. El Moña se ha vuelto invisible. No le llegan balones en condiciones para lucir su condición de inmortal.

Tras ser zarandeado por el colista, Herrera sí dio con la clave con la inclusión de Lemos -más incisivo que Fidel- y del Chino Araujo. Momo estaba predestinado para vestirse de héroe. Le faltaron dos centímetros para ser coronado.

Añorado Galarreta

Dos duelos de visitante sin encajar y tres partidos invicto. La otra cara de la moneda. La UD plasma una leve mejoría, que resulta insuficiente si se pretende escalar un Everest llamado ascenso al planeta glamour. El playoff exige un caminar perfecto en las 19 jornadas que restan y se añoró en el Nou Estadi la magia del centrocampista Galarreta. Ese recurso del pase interior quedó inutilizado. Se abusó del envío en largo para una UD carente de personalidad y solidez. Un pase de Timor, de más de treinta metros, fue la única muestra de categoría en un primer acto difícil de justificar.

Tras 180 minutos ante Rayo de Majadahonda y Nàstic de Tarragona -en la cola de la tabla y que han encajado 87 tantos-, la UD no ha logrado tanto alguno. Solo hay un éxito de visitante ante el Extremadura (1-2), en un pulso que se remonta a septiembre. Bailan las jornadas y Herrera sigue sin patentar un estilo. De la contra letal ante Osasuna a la indefinición con el colista. Solo Momo abrió la puerta mágica. Movió el esférico de un lado a otro, y Las Palmas abandonó el Paleolítico.

Dilapidar 25 puntos con el traje de visitante es demoledor. Esperar al 70', ante un rival en inferioridad, para marcar tu territorio tampoco invita al optimismo. Momo conoce la fórmula para transformar a este sello anárquico -un triunfo en las últimas doce jornadas- en una sinfonía. Llega el Zaragoza y Herrera sigue buscando el Santo Grial.

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