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La elección del entrenador

El tiempo quita la razón a la UD

El relevo en el banquillo propuesto por Ramírez y Otero no da resultado - Herrera ya no podrá igualar el registro que dejó Jiménez tras su destitución en la jornada 14

Miguel Ángel Ramírez, presidente de la UD Las Palmas, y Toni Otero, secretario técnico del club, el pasado verano. QUIQUE CURBELO

Paco Herrera, aunque la UD Las PalmasEl catalán, en 10 choques, acumula nueve unidades, lo que, además de demostrar que el cambio de entrenador no ha servido para mucho -por ahora-, señala al presidente Miguel Ángel Ramírez y al secretario técnico Toni Otero, los máximos responsables de tal decisión.

La UD, atendiendo a los números, todavía puede subir a la Primera División, eso es matemático. Tras la disputa de 25 jornadas se encuentra a cinco puntos de los puestos de playoff que le preceden en la tabla, argumentos suficientes para pensar que puede aspirar a su objetivo primario. Sin embargo, si finalmente lo consigue, algo que, por otro lado, parece improbable por el devenir del equipo, nadie podrá explicarlo desde el relevo en el banquillo.

La destitución de Jiménez sorprendió sobre todo porque Las Palmas marchaba sexta, sumaba más victorias que derrotas y no había perdido contra ninguno de los que iban por encima. El máximo dirigente justificó el despido del de Arahal en que no ganaba y la promoción era insuficiente. Entonces, la meta era el ascenso directo.

Rebaja en el objetivo

Lo que parecía una decisión precipitada a finales de noviembre ha terminado por confirmarse con la certeza de que Herrera no podrá ni siquiera igualar a su antecesor con el mismo número de encuentros. Aunque la UD sumara 12 puntos en las próximas cuatro jornadas, se quedaría uno por debajo del registro del andaluz. Por tanto, según la lógica del club, el balance del catalán al frente del equipo es como para volver a cambiar al jefe.

Pero la responsabilidad de la deriva del equipo no recae únicamente en el vigente entrenador, sino en los que decidieron su contratación. De hecho, Ramírez debió de empezar a asumirla cuando sólo tres semanas después, tras las derrotas de la UD en Cádiz (4-1) y en Lugo (4-2) y el empate frente al Oviedo (0-0), rebajó el objetivo a la permanencia en la previa del derbi ante el Tenerife.

El foco, ahora, ha pasado a los futbolistas, a los que la entidad considera los principales responsables de la situación del equipo. Los dirigentes amarillos creen que muchos de ellos han rendido por debajo de lo esperado y por eso les han pedido que den un paso al frente en el tramo final del campeonato. Salvo hecatombe el próximo domingo frente al Sporting de Gijón, Herrera seguirá en el banquillo una jornada más.

El pasado lunes, a la vuelta del equipo de Málaga, el presidente amarillo volvió a bajar a la caseta para dar un toque de atención a sus empleados, a los que pidió unidad y compromiso colectivo en un tono distendido y no subido, tal y como sucediera en las veces anteriores que el máximo mandatario tuvo que dar un tirón de orejas a los jugadores -como mínimo, tras caer en Cádiz y en Lugo-.

En cualquier caso, el tiempo ha quitado la razón a la UD Las Palmas en cuanto al cambio de entrenador y ahora se aferra a un cambio radical a nivel de resultados para poder alcanzar los puestos de playoff. Si nada cambia, Paco Herrera es el elegido para seguir el camino hasta el final.

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