Diego Martínez, técnico del Granada, ha logrado consolidar en los alto de la clasificación de LaLiga 1|2|3 a un equipo de la que se podría denominar La tercera vía, esa en la que un conjunto no establece por dogma la posesión del balón a toda costa ni todo lo contrario, el desprecio de la pelota para replegarse y esperar el fallo del rival. Lo que el preparador gallego -el entrenador más joven de la categoría, con 38 años- ha creado es un grupo muy versátil capaz de jugar de cualquier manera y casi siempre con resultados positivos.
Así, el cuadro nazarí es capaz de ser el equipo menos goleado del campeonato -sólo ha encajado 18 goles en 29 partidos- gracias a su solidez y de ser de los que más marcan -el sexto- por su facilidad para generar juego y ocasiones de gol.
En este último apartado es donde destacan Ángel Montoro, ex de la UD y que ha estado tocado durante la semana por un esguince de tobillo, pero que apunta al once -al igual que Quini-, y el trío de mediapuntas formado por Vadillo y el grancanario Dani Ojeda en las bandas -se intercambian constantemente- y Fede Vico en el medio.
Tan bien ejecutan su labor por detrás del delantero que Martínez se ha permitido el lujo de convertir en suplente a Antonio Puertas, máximo goleador del equipo, con ocho tantos.
Un equipo 'irremontable'
Arriba, sin el lesionado Pozo, Adrián Ramos y Rodri, los dos que marcaron en el Gran Canaria y que, en consecuencia, sentenciaron a Manolo Jiménez, se disputan un puesto.
Entre las grandes virtudes del Granada está su capacidad, para, si se pone por delante, ganar los partidos -sólo el Lugo, en la segunda jornada, logró rascarle un empate-. A la UD se le presenta un miura que está de moda.