Toni Otero, 309 días en el cargo y una doble vara de medir. El secretario técnico de la UD aprovechó el agónico y funesto empate ante el Granada (1-1) para regresar a la primera línea de combate por sus declaraciones. "No sé lo que me costarán estas declaraciones, pero tenemos que parar esta situación de forma inmediata", aseguró sobre el trato arbitral de Moreno Aragón en el estadio de Los Cármenes. Reclamó de forma vehemente, por mano de Ramon Azeez, la roja y el penalti -antes del tanto de David Timor-. Fue rápido al corte para portar la bandera de una cruzada contra el síndrome de la 'mano negra'. El enemigo era el árbitro: "Ya van muchas (...) Es frustrante ver lo que pasa con los árbitros, pero es que no son controlables (...) Las imágenes hablan por sí solas. No me quejo, pero cada uno tendrá que analizar sus errores. También ellos, igual que pagamos nosotros por los que cometemos. Nos estamos jugando demasiado para que pasemos por alto ciertas cosas".

El queja de Otero viene fundamentada en una decena de arbitrajes sospechosos que ha pacecido la UD tras 31 jornadas de competición -el más sangrante fue ante el Tenerife en el Gran Canaria-. Este exceso de celo y su rol de Superman ante las injusticias choca con su silencio cuando se le cuestionó por su responsabilidad en su faceta de arquitecto del proyecto deportivo (van tres entrenadores, más de 20 movimientos en la plantilla y un tope salarial de 19,2 millones de euros). "Hablar del futuro de Otero no tiene sentido. Hay que apoyar al nuevo entrenador para que consiga el objetivo al final de temporada, y ya habrá otros momentos para justificar o criticar. Las notas al final de curso". Y poco más. Para enjuiciar la labora arbitral sí fue más detallista.

En estos 309 días en el cargo, Otero ha dejado un serial de frases llamativas. La primera, el pasado 25 de mayo, en la que aseguraba que tenía "plenos poderes" para fichar, hacer y deshacer. "Quiero dejar claro que tengo manos abiertas para tomar todo tipo de decisiones a nivel deportivo. Soy el máximo responsable de ese área". En noviembre, caería Manolo Jiménez y llegaría Paco Herrera. Luego Pepe Mel. Se desconoce, a este punto de la temporada, si los dos últimos entrenadores llegaron avalados por Otero.

Además, también manifestó que partía con la idea de conformar una UD "de hombres, y no de nombres". Abrió la puerta a la cantera: "Mi trabajo con la base está fuera de toda duda; los que llamen a la puerta y la tiren tendrán su oportunidad". Solo figura Eric Curbelo, de 25 años, como activo de la factoría tras hacerle ficha profesional por indicación de Ángel Rodríguez, segundo de Paco Herrera. En relación a la elevada edad media del grupo humano del vestuario (en torno a los 30 años), valoró que "la fecha de nacimiento no determina la juventud; hay futbolistas con 25 años cuya vida deportiva está acabada y hay gente con 38, en plenitud. No nos fijamos en el DNI".

Detuvo una rueda de prensa y la valentía por echar a Jiménez

En este ciclo de Otero, tuvo lugar, durante la presentación de Gallarreta, algo insólito en la historia reciente de la entidad. El secretario técnico eludió responder a una pregunta e hizo un paréntesis para defenderse de un insulto en redes sociales de un periodista. No detalló el nombre del informador y dio por concluida la sesión. Así lo justificó: "Puedo entender las críticas que gusten más o menos. Puedo entender ciertas críticas. Sin embargo, no me gusta el insulto. Cuando gente de medios de comunicación insulta, debería también criticarse (...) Cuando se falta mi persona, respondo como persona".

Sobre el rol de la cantera, reconoció en enero que se habían equivocado. "Teníamos que haber subido a más jugadores", dijo en la Cadena SER. Apostó por la continuidad de Rivera en el primer plantel de la UD, pero Jiménez le ganó el pulso y se fue cedido al Huesca en octubre. En relación a la composición del plantel determinó, no lo vio descompensado. "Doblamos posiciones en todas las plazas del equipo". El 10 de marzo, Mantovani salía al Huesca.

Con el paso de las jornadas, también reconoció que el plantel quizás era muy extenso. "Una de las claves ha sido tener una plantilla tan larga. Eso nos ha penalizado, y puede que haya sido un gran error nuestro". Algo es algo. En diciembre no dudó en reafirmarse en el despido de Jiménez. "Fuimos valientes con la destitución de Manolo", dijo en UD Radio. En el rotativo Canarias7, jugó a pitoniso en la previa del UD-Extremadura. "Paco Herrera seguirá, no se juega el cargo este domingo". Tras el empate a un tanto en el Gran Canaria, el entrenador catalán, arquitecto del ascenso del 21-J, era despedido. Sumó dos victorias en trece jornadas.