Si el partido del próximo domingo (17.00 horas, LaLiga 1|2|3 TV) entre la UD Las Palmas, es el elegido por el cuadro gallego para agarrarse como sea a la categoría.

De ex de la UD a ex de la UD. Alberto Monteagudo deja su butaca en el banquillo al goleador de los ascensos de 1996 -a Segunda- y 2000 -a primera-. La directiva lucense no aguantó más y, tras la derrota frente al Granada (1-2), fulminó al excentrocampista. Su bagaje, pobre: cuatro victorias, 10 empates y ocho derrotas en 22 partidos, lo que ha llevado al equipo a ocupar, a falta de siete jornadas para la conclusión del campeonato, el decimonoveno puesto, uno de los que condena al descenso.

Las Palmas y el Lugo parecen vivir vidas paralelas: ambos han tenido tres entrenadores esta temporada. Manolo Jiménez, Paco Herrera y Pepe Mel, por un lado, y Javi López, Alberto Monteagudo y Eloy Jiménez, por el otro. Dos cambios en busca de unos objetivos que no se han cumplido. Ahora, lo único que importa es sobrevivir.

El exdelantero amarillo se estrena en la Segunda División. Hasta ahora, toda su carrera en los banquillos había transcurrido en Segunda B. Su último equipo fue el Fuenlabrada, al que dirigió nueve partidos el curso pasado. En la promoción de ascenso a Segunda, el cuadro madrileño quedó eliminado en las semifinales.

Antes, el de Hellín (Albacete) había entrenado al Mérida (2016-17), al UCAM Murcia (2014-15), a La Roda y al Conquense (2009-11), con el que se estrenó en su nueva faceta. Tras cumplir una temporada entera en Cuenca, fue destituido el curso siguiente tras la disputa de 19 partidos.

Luego, y después de una campaña en blanco, fue reclutado por La Roda en mitad de la competición, hasta que consiguió su mejor registro en Murcia. El técnico empezó desde la primera jornada y clasificó al equipo para la promoción, pero también cayó en las semifinales. Ahora su nuevo reto es diferente, salvar al Lugo del descenso.

Un total de 47 goles

En cualquier caso, la presencia de Eloy el próximo domingo en el Estadio de Gran Canaria será especial. En la Isla se le recuerda con cariño por su papel crucial en la escalada de la UD desde la Segunda B hasta la Primera División y tendrá, a buen seguro, un reconocimiento por parte de una grada que, por otra parte, estará de uñas con su equipo. A pesar de que el Lugo, en caso de ganar, se colocaría a tres puntos de Las Palmas y metería a los de Mel en un gravísimo aprieto, el albaceteño será aplaudido por el público.

No es para menos. Eloy jugó tres temporadas en dos etapas en la UD y fue un líder. En la 1995-96, bajo las órdenes de Pacuco Rosales, marcó 19 goles. Luego, en cuatro cursos (1998-2002, dos en Segunda y dos en Primera), realizó 28. El domingo, ese héroe de antaño puede convertirse en verdugo. Pondrá el morbo en un partido dramático.