Rubén Castro Martín regresa esta noche de amarillo al Heliodoro (19.30 horas), quince años después, de una frase que hizo temblar al Teide. El famoso "hay que hundir al Tenerife" de la campaña liguera 2003-04 se volvió en su contra y el de una UD que terminó cayendo (2-0) en marzo del 2004 y descendió aquel curso de infausto recuerdo -en el que pasaron por el banquillo amarillo Juan Manuel Rodríguez, David Vidal, Henri Stambouli, que no llegó a debutar, y Tino Luis Cabrera-.

El artilero de La Isleta, ahora cerca de los 39 años, acabó en aquella campaña como máximo realizador de la categoría y fue traspasado al Deportivo, junto al extremo zurdo Momo, pero también con el Real Betis y de la mano de Mel. Pero solo ha marcado con la elástica del equipo andaluz en la isla del eterno rival, le falta hacerlo de amarillo. Hoy promete emociones fuertes y estará escoltado por Sergio Araujo, que ha sido duda hasta el último minuto por unas molestias. El Moña es el rey del gol, arte en movimiento y el francotirador favorito de Pepe Mel. El Heliodoro se aferra a Suso Santana, pero la UD tiene en Rubén al soldado perfecto, un estilete eterno.

La última ocasión que la UD pisó el Heliodoro fue en 2014 y se saldó con derrota (2-1) con Paco Herrera en el banquillo amarillo.