Dos meses después de las últimas declaraciones de Sergio Araujo, el delantero volvía a pronunciarse en público para aclarar su futuro. El Chino más enamorado, el más fiel a la UD, el que presume de "una vida personal espectacular" en la Isla y remite a sus "cuatro año más de contrato" en Las Palmas a cada duda sobre su futuro vistiendo la elástica amarilla.

Porque a pesar de la trascendencia del partido del domingo entre la Unión Deportiva y el Rayo Majadahonda (17.00 horas, LaLiga 1|2|3 TV), que podría significar la salvación matemática del equipo de Pepe Mel en Segunda, si Araujo sale a hablar, su opinión pasa a un primer plano. El delantero que siempre levanta todo tipo de interés.

La última atracción llegó desde Grecia, el AEK Atenas y el entorno del entrenador que comenzó la temporada al frente de la nave amarilla, Manolo Jiménez. El resucitador del Chino en la temporada pasada en tierras helenas, con Liga en el bolsillo y pase a Champions League incluído, tiene línea directa con el punta argentino y le quiere de nuevo como ariete en el club ateniense.

Pero Araujo no esconde nada. A pecho descubierto confirma que la relación que tiene con Jiménez va "más allá de que sea un buen entrenador" porque, para él, le ha "ayudado un montón" y por tanto, si puede hacer algo por el entrenador, lo hará "sin ningún problema". Aun así, insiste en que al míster sevillano le recuerda que tiene "cuatro años más" en la UD y que si el "AEK quiere hacer un esfuerzo, que lo haga, porque aquí soy muy feliz".

Ante esta situación de tira y afloja, con el bonaerense en medio, su postura es la de señalar a la zona noble del club. "El presidente es el que decide. Yo hago lo que él quiera. No voy a poner ningún problema como ya hice las dos veces anteriores que salí", subraya el delantero. Que además, se lanzó a la piscina y dejó patente su idilio con el escudo insular: "Por mi me quedaría los cuatro años y volvería a renovar".

Análisis del año

En cuanto a su lectura de la temporada, El Chino cargó con su parte de responsabilidad. "Este año ha sido malo tanto para el club como para mí. He tenido muchas lesiones, algo que nunca me había pasado. Me siento culpable y a la vez responsable por haberme perdido tantos partidos", explicó el 10 amarillo.

Aun así, se ve motivado para los cuatro partidos que restan de la campaña. "Estoy tranquilo. Aunque no marque como sí lo hacía en Grecia, estoy teniendo oportunidades después de estar tanto tiempo parado. Ojalá el domingo pueda meter un gol", expresó con una sonrisa el ariete insular.

Sobre su relación con Pepe Mel también indicó que se siente a gusto con el técnico madrileño y puso en valor los partidos que ha disputado con él al frente del banquillo. "Es lindo la confianza que tiene en mí. Si me toca quedarme espero que él también lo haga", añadió.

Finalmente reflejó que se siente "contento" jugando con Rubén Castro al lado en la punta de ataque porque "es un delanterazo". Y tiró de humor una vez más para sentenciar que "si hace falta juego de portero" con tal de estar en el once titular.