Antonio Segura González prefiere que le llamen Toni Robaina, en honor a su padre, exfutbolista de la UD. A sus 21 años, fue el primero de los canteranos en debutar con Pepe Mel. Ahora su objetivo es tener una ficha el próximo curso.
Este es un adelanto de la entrevista que podrán leer entera mañana en la edición de papel de LA PROVINCIA y en la página web 'www.laprovincia.es', sólo para suscriptores.
¿Se siente ya futbolista del primer equipo?
Me siento futbolista del primer equipo porque entreno todos los días con ellos, pero en realidad no lo soy. Soy jugador de Las Palmas Atlético y trabajo con humildad para intentar quedarme en el primer equipo.
¿Le ha dicho algo Pepe Mel en ese sentido?
No, la verdad que no. Nos dice que sigamos trabajando y que si seguimos así las oportunidades llegarán. Sólo nos ha dicho eso, que trabajemos día a día.
¿Nota un cambio en el equipo en los últimos tres o cuatro partidos, como si ahora se jugara de otra manera, con más libertad y menos presión?
Siempre hemos intentado conseguir los tres puntos, antes y ahora, pero sí es verdad que ahora igual juegas más liberado, pero eso no significa que sea la clave para conseguir las victorias. Este equipo también ha tenido muy mala fortuna este año.
En el último encuentro, frente al Rayo Majadahonda, el técnico diseñó un dibujo que a usted le viene como anillo al dedo (4-4-2 con rombo) y le colocó en la mediapunta. ¿Es ahí donde mejor se siente en el terreno de juego?
Sí, ahí es donde me desenvuelvo mejor, donde más a gusto estoy en el campo, pero jugaré donde el míster quiera.
¿Le sorprendía no jugar en el filial?
Hombre, sorprenderme... La verdad que sí, sí me sorprendía, pero es una cuestión del entrenador. Abajo no gocé de las oportunidades que alguna vez merecía, la verdad.
¿Y quizá esa sorpresa era todavía mayor cuando empezaba a entrenar con el primer equipo y luego era suplente el fin de semana con Las Palmas Atlético?
Son cosas del club, del entrenador, y tampoco debería meterme. Yo me limito a trabajar.
¿La Segunda B no está diseñada para jugadores como usted, a los que les gusta conducir y tratar bien el balón?
Influye para mal el tema de los campos. Muchas veces juegas en césped artificial. Nosotros, de hecho, cada 15 días en el Anexo. Yo creo que no me beneficia ni a mí ni a ningún jugador del filial. Luego vas a campos como el de la Cultural Leonesa o la Ponferradina, que son más grandes y de césped natural, y nos viene mejor. Hay campos en los que no puedes hacer el fútbol que te gustaría. Por eso incluso hay jugadores que en Segunda B destacan menos que arriba.
Eso mismo habrá pensado Pepe Mel...
Sí. A la semana de llegar me dijo que entrenaría siempre con él. Todo se lo debo a él porque me hizo debutar en la Segunda División. Le estoy muy agradecido.
Él dijo que le recordaba de su paso por el Real Betis. ¿Cómo fue ese contacto en Sevilla?
Allí también tenía mano izquierda con los jóvenes, nos saludaba, subía a jugadores a entrenar... Yo recuerdo que subí con él dos o tres veces y la verdad es que tiene buena mano con los del filial.
¿En qué sentido?
Está encima tuya, te motiva, te mete caña, habla contigo aparte... Eso habla mucho de un entrenador.
¿Qué le dice su padre?
Que está muy feliz y que me suba al tren, que sólo pasa una vez. Que lo aproveché, que no sea tonto y que no me baje de ese tren.
¿Se pone pesado dándole indicaciones cuando están en la intimidad?
Sí, la verdad que sí. A lo mejor estamos viendo un partido y me dice: '¡Eso lo tienes que hacer tú!'.
