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Rivera regresa para forzar su salida; el DC United, tras Mateo

El conjunto estadounidense se suma al PAOK de Salónica como pretendiente del extremo argentino | El asturiano vuelve a la Isla y podría empezar a entrenar mañana

Rocco Maiorino (izquierda), director deportivo de la UD, y Toni Otero, secretario técnico, en el parque del Insular. QUIQUE CURBELO

El capítulo de salidas en la UD Las Palmas lleva parado desde el pasado 18 de junio -hace casi un mes-, cuando el club hizo oficial la desvinculación de Juan Cala de la entidad. Desde entonces, no ha realizado un sólo movimiento más, ni de altas ni de bajas. Ese estancamiento afecta, sobre todo, a Christian Rivera y a Mateo García, dos futbolistas que jugaron cedidos en otros equipos la temporada pasada y a los que se pretende vender con el objetivo de sacar un rédito económico en tiempos de crisis.

Tanto es así que el mediocentro, que se marchó al Huesca en octubre porque no contaba para Manolo Jiménez, regresa hoy a la Isla con el objetivo de forzar su salida. Comoquiera que no está previsto que su venta se produzca en las próximas horas, el asturiano, incluso, podría sumarse a la pretemporada y ponerse bajo las órdenes de Pepe Mel a partir de mañana, hasta que se resuelva su futuro.

Esa es una cuestión que no agrada ni a la UD Las Palmas, que no cuenta con él para la próxima temporada porque considera que es uno de los activos más importantes que tiene para ganar dinero, ni al propio jugador, que también es consciente de que no va a seguir y al que le hubiera gustado estar ya en su nuevo destino, sin embargo, la falta de acuerdos lo ha impedido.

El Getafe, el Leganés y el Granada son los tres equipos que más le han mostrado su interés, pero falta el entendimiento entres los clubes. Es por ello por lo que el entorno de Rivera le ha recomendado que regrese a Gran Canaria y ejerza su derecho de entrenar como trabajador con contrato -hasta 2022- que es, con la intención indirecta de forzar una salida cuanto antes, aunque también para empezar a coger rodaje en la pretemporada, más allá de donde juegue.

La UD, por su parte, no tiene prisa, sino que aguarda la mejor opción para sus intereses, como es lógico. Entiende, por tanto, que acabará por llegar la mejor oferta posible por el jugador, pretendido por tres equipos de Primera División que, por otra parte, conocen la necesidad de la entidad amarilla de soltar lastre.

Es en esa ambigüedad donde se encuentra el caso de Rivera: Las Palmas, necesitada de vender, intenta sacar la mayor cantidad de dinero que pueda; los pretendientes, sabedores de la alarma económica amarilla, todavía no dan lo que la UD exige.

Es por ello por lo que la resolución del futuro del gijonés tiene visos de prolongarse unos cuantos días o semanas, salvo que el regreso del jugador a Gran Canaria precipite cualquier operación. Sin embargo, la posibilidad más real es que se vista de corto y se una al grupo de Mel en Barranco Seco a partir de mañana.

A ese extremo todavía no ha llegado Mateo García, otro de los futbolistas a los que el club isleño pretende dar salida. El estado de su venta es el que sigue: su representante bucea el mercado para buscarle equipo, después de que el jugador haya rechazado acudir al PAOK de Salónica, rival histórico del cuadro en el que jugó cedido el curso pasado, el Aris.

El DC United, conjunto que milita en la Major League Soccer de los Estados Unidos, es el último equipo que ha mostrado un interés por el extremo, aunque de momento no ha realizado una oferta a la UD. De momento, el único que la ha presentado es el PAOK, pero Mateo prefiere buscar otro destino.

Las Palmas, al contrario que con Rivera, no está en posición de fuerza, porque el argentino termina contrato en junio de 2020. Si quiere sacar algo por él, deberá aceptar lo que le den.

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