La UD Las Palmas quiere vender, sobre todo, a Mateo García, a Christian Rivera y a Mauricio Lemos, pero las operaciones de salida están en punto muerto. El club espera, pese a todo, cerrar un par de bajas de aquí al final de la semana, aunque no será fácil, entre otras cosas, porque la entidad permanece firme a la hora de negociar, lo que se traduce en que no está dispuesta, al menos por ahora, a dejar salir a jugadores a un precio inferior al que estima oportuno.
En otras palabras, quiere ganar dinero y sacar el mayor rédito económico posible de las ventas. Son los casos, por ejemplo, de Rivera y Mateo. El mediocentro asturiano, que se suma hoy a la pretemporada de la UD después de pasar el reconocimiento médico ayer, tiene cartel en Primera División y ya son tres los clubes de la máxima categoría que se han interesado por él: el Getafe, el Leganés y el Granada, sin embargo, ninguno ha presentado una oferta que satisfaga los intereses amarillos.
Las Palmas, por el momento, no tiene prisa y prefiere forzar la máquina y mantenerse en las cantidades que pide, sin embargo, no tiene una posición de fuerza en las negociaciones, toda vez que los otros clubes saben que necesita soltar lastre porque no puede asumir las fichas de los jugadores tal y como estaban la temporada pasada porque verá reducido el tope salarial de su plantilla -pasará de 17 millones a ocho o nueve-.
Pero la UD se hace la dura y a estas alturas del verano se mantiene firme en su postura, aunque está condenada a llegar a acuerdos tarde o temprano. Lo mismo ocurre con Mateo. Su representante rastrea el mercado para encontrarle un nuevo equipo y uno de los interesados es el DC United, que milita en la Major League Soccer de los Estados Unidos, país en el que el extremo querría jugar después de estar un año cedido en el Aris de Salónica griego.
Ahora los clubes son los que tienen que llegar a un entendimiento en cuanto al precio de salida del argentino, que termina contrato en junio de 2020, por lo que Las Palmas tampoco sacará mucha renta por él. El PAOK de Salónica es otro de los equipos que quiere fichar al jugador y ya ha presentado un oferta formal por él, pero prefiere no jugar en el eterno rival de su club anterior y acercarse más a su país.
El caso de Mauricio Lemos, por su parte, es diferente, porque su pésima temporada pasada, en la que sólo disputó un total de cuatro partidos entre todas las competiciones, le ha hecho perder mucho valor y casi nadie está dispuesto a pagar por llevárselo. El club contempla darle la carta de libertad a cambio de quitarse una de las fichas más altas del plantel, pero las pretensiones económicas del uruguayo en su nuevo destino frenan cualquier operación.
La UD, además, se muestra firme con Josep Martínez, otro de los jugadores con más valor. Por el momento se remite a todo aquel que pregunta por el portero a la cláusula de rescisión, fijada en 10 millones, una cantidad irreal para alguien que sólo ha jugado siete partidos, por lo que podría acabar por aceptar una cantidad muy inferior por su salida. Forma parte del plan.
