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Test para una cantera con dientes de leche

El 4-1-4-1 empleado por el técnico deja claro que falta mordiente por las bandas amarillas

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Pretemporada | Gran Tarajal-UD Las Palmas

El plan que parece tener pensado llevar a cabo Pepe Mel durante la pretemporada, hasta que se resuelvan las fichas de los jugadores que están en negociaciones con el club es darle protagonismo a los canteranos. Pero como ya advirtiera el entrenador el viernes, "falta desborde por las bandas en el uno contra uno". Así, ayer, a pesar de la goleada 0-4 contra el Gran Tarajal, entre los diferentes esqueletos que puso el técnico sobre el césped majorero quedó patente que esta cantera aún tiene los dientes de leche.

Justo ayer fue lo que se echó en falta sobre el Municipal de Gran Tarajal, mordiente. Porque ante un conjunto de Tercera, a Las Palmas no se le notó el dominio que se le presupone a un equipo que supera en dos categorías a su rival. Es pretemporada, no existe exigencia competitiva, pero salvo la ilusión que despierta Pedri, la imagen de la UD es la de un grupo al que le falta por adquirir los automatismos que Mel querrá implementar entre los 22 hombres con los que espera quedarse.

Un mes y once días después del último trámite contra el Numancia de la campaña pasada en la que Pepe Mel parecía estar iniciando la pretemporada del presente curso, todo parecía igual.

Probó numerosas variantes y dotó de mayor peso a la savia nueva, Pero hoy por hoy, con overbooking en el escuadrón amarillo, el entrenador madrileño sabe que hay carencias posicionales y que su equipo tiene lagunas que solventar.

Entre los que tienen ficha del filial, a los que se les busca una salida y los que cogieron el Binter para viajar a Fuerteventura, el ábaco de Mel contabiliza 33 jugadores con los que gestionar la rampa de salida para el curso 2019-20 que está a la vuelta de la esquina (el 18 de agosto frente al Huesca en el Estadio Gran Canaria) y ninguno parece estar a la altura de lo que necesita el equipo por sus alas.

Dibujo táctico

En la primera parte se empleó un sistema 4-1-4-1 con Mauricio Lemos por delante de la zaga y, sin extremos, Pedri y Kirian ocuparon la zona más pegada a la línea de cal de los medios. ¿El problema? Que el ADN de los dos canteranos les lleva inevitablemente a situarse en el hábitat del 10.

Ante la predisposición de los dos mediapuntas por poseer el esférico en la medular, atraían a sus marcas y los carriles para los laterales fueron una invitación constante para que De la Bella y Fortes se prodigaran con soltura por su autopista. Eso sí, los encargados de surtirles balones en largo provenían desde la pareja de centrales o por parte de Mauricio Lemos.

Esa apuesta de juego, lejana de la ya melancólica filosofía de toque que sirvió de vara comparativa los últimos años, fue la empleada en los primeros 45 minutos. Se tradujo en el primer gol, de Espiau, al controlar con el pecho un centro de Mantovani y soltar un zambombazo a la red rival. De bella factura, pero harto improbable repetir contra una zaga de mayor calibre.

En la segunda mitad, el laboratorio de Mel reformuló la alineación, pero continuó con el mismo dibujo táctico. Benito y Srnic ocuparon las bandas, con la intención de tener más desborde, pero tampoco fructificó en demasía.

Por si no fuera poco la ineficacia de esta apuesta, la zaga quedó desguarnecida con los cambios efectuados tras el descanso y el Gran Tarajal dispuso de dos ocasiones claras para, al menos, llevarse la honrilla. Despistes que ayer no fueron explotados pero que a buen seguro contra los equipos a los que se enfrente la UD en competición se traducirán en goles en contra.

El próximo test de la UD tendrá lugar el miércoles contra el Tamaraceite y habrá que ver si la llegada de Mateo García aporta un extra a esas bandas en caso de que el argentino esté apto para disputar minutos. Asimismo, todavía falta por ver a Cedrés, Álvaro Lemos o el propio Araujo.

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