Habrá que esperar para ver en acción a Rubén Castro, al que por lo visto la suerte no acompaña en un inicio de pretemporada en el que las lesiones y la incertidumbre con la renegociación de su contrato y, en definitiva, con su futuro, le mantienen en una especie de limbo en el que ni juega ni nadie puede confirmar que vestirá de amarillo la próxima temporada.

Ayer el isletero se retiró del entrenamiento matutino sin avisar y por la tarde se ejercitó al margen. La culpa: un problema en el isquiotibial derecho que le impedirá jugar esta tarde a partir de las 19.00 horas (en diferido por Televisión Canaria a las 21.00) en la Línea de la Concepción frente al Cádiz, el primer rival de los tres con los que ha jugado hasta ahora que juega en la misma categoría, la Segunda División.

La expedición amarilla se traslada 65 kilómetros al sureste de donde se encuentra hospedada en Marbella para medir por primera vez sus capacidades ante un equipo que suma ya ocho caras nuevas, entre ellas la de uno que pertenecía a la UD hasta finales de junio, Juan Cala, y que está llamado a ocupar los primeros puestos de la clasificación durante el curso. No lo dicen, pero lo piensan.

Será la cuarta vez que Las Palmas, que sólo suma una incorporación, la del extremo costamarfileño Jean-Armel Drolé, que podría debutar esta noche, ponga ante todos sus aficionados sus cartas boca arriba. Por ahora, el balance es de dos victorias muy claras contra sendos equipos de Tercera División (0-4 al Gran Tarajal y 6-0 al Tamaraceite) y una derrota ante un conjunto de la primera división portuguesa (1-0 contra el Marítimo).

En todos ellos Pepe Mel, que aguanta con resignación el paso de los días y asume con impotencia que tiene que trabajar con más jugadores de los que quisiera, apostó por el mismo sistema, un 4-3-3 o un 4-1-4-1, según se mire. En cualquier caso, un dibujo con un mediocentro, dos interiores por delante y dos extremos. El madrileño ya anunció que probaría otras fórmulas, por lo que hoy puede ser el día.

A prueba está la falta de pegada de la UD, que sin Rubén Castro se nubla ante el gol. Esa ausencia de pólvora la evidenció sobre todo en la primera parte del choque en Portugal, donde los amarillos jugaron sus mejores minutos del periodo de preparación, pero no supieron concretar sus ocasiones. A ese examen, además, se le añade el hecho de que el Cádiz destaca precisamente por su solidez defensiva.

Los hombres señalados para solucionar el problema son Sergio Araujo, que en su proceso de transformación futbolística ha terminado por luchar más que marcar; Edu Espiau, que no termina de entrar por los ojos a Mel; y Boris Rapaic, fichado para el filial y citado para Marbella como medida de urgencia, lo que deja a las claras que la UD tiene un problema serio arriba.

Por lo demás, la novedad principal será el debut de Álvaro Lemos, inédito hasta ahora por problemas musculares. Drolé, por su parte, es duda, porque sólo acumula tres sesiones -más la de esta mañana- con sus nuevos compañeros. El resto se tomará el partido como uno más salvo Pedri, que por primera vez se enfrentará a un miura y tratará de demostrar lo que muchos le presumen. Es, por fin, un duelo real.