En un punto de la pretemporada en el que no se sabe muy bien si la UD Las Palmas avanza o retrocede, los amarillos juegan hoy (18.30 horas, Televisión Canaria) su sexto partido amistoso en el periodo de preparación, esta vez ante el Granada, otro de los equipos advertidos por la Liga de Fútbol Profesional de que debe soltar lastre si quiere inscribir a nuevos jugadores para el próximo curso. Es, por tanto, el que podría denominarse el Duelo de los ajustes. Pese a la amenaza, los dos clubes se esmeran en aparentar absoluta tranquilidad, sin embargo, los días pasan y todo sigue igual.

Sobre todo para la UD, que mientras pasan los días ve como todavía no puede cerrar las operaciones que tenía previstas. Lo hará, aunque se desconoce si en las condiciones que esperaba en un principio. Impera la calma, insisten desde la entidad, pero hasta Marbella ha tenido que trasladarse el presidente Miguel Ángel Ramírez con agilizar las negociaciones.

También están el vicepresidente Nicolás Ortega, el director deportivo Rocco Maiorino, el ojeador internacional Branko Milovanovic y el secretario técnico Toni Otero. Un séquito de cinco personas en busca de aire económico, para tratar con el sinfín de agentes que se encuentran en la localidad malagueña y con los propios jugadores, con los que también debe pactar.

Los directivos amarillos tienen previsto cerrar mañana o el martes la venta de Mateo García. Según fuentes del club, el siguiente en salir, incluso la misma semana, será Christian Rivera, y luego Mauricio Lemos, por mucho que Pepe Mel apriete clame por la continuidad del uruguayo.

Mientras eso ocurre, Las Palmas vuelve a vestirse de corto parara disputar el tercer partido en su periplo andaluz, esta vez en el propio lugar de entrenamientos: el Marbella Football Center. Tras sendos empates frente al Cádiz en La línea de la Concepción (0-0) y ante el Almería en el Estadio Municipal (1-1, con gol de Timor, de penalti), los amarillos buscan su primera victoria contra un rival de entidad.

El Granada será el de mayor nivel hasta ahora, con permiso del Marítimo de Funchal, que también es un Primera y ganó a la UD (1-0), pero milita en una liga bastante inferior a la española como es la portuguesa.

Pepe Mel, que asume con resignación el estado actual de las cosas, entre otros motivos porque él mismo aceptó vivir esta situación, prevé volver a repartir los minutos entre todos los futbolistas salvo Rubén Castro, Araujo y Cedrés, que están lesionados. La novedad principal es el regreso de Mantovani, ausente en los dos choques anteriores por problemas en el aductor. Además, Boris, que tampoco particip´´o ante el Cádiz ni el Almería porque tenía ampollas en los pies, también está disponible.

A examen está el rigor defensivo que el técnico madrileño quiere imprimir a su equipo y del que presume por lo visto en los partidos pasados, pero esta vez la UD tendrá enfrente a tipos como Álvaro Vadillo, Darwin Machís o Roberto Soldado: pura dinamita.

También lo está buena parte de los jugadores. "Todos estamos a prueba. Todos nos podemos ir, nos podemos quedar en el banquillo o nos podemos quedar en la grada", confesó Eric Curbelo, el comodín de Mel.

Las miradas estarán puestas en hombres como Espiau, sobre el que recae la responsabilidad de marcar los goles en ausencia de los dos delanteros titulares, o Drolé, al que todavía no se le ha visto. También en Pedri, la mejor de las noticias de la UD. Hoy en el duelo de los ajustes, deben dar un paso al frente.