La Provincia - Diario de Las Palmas

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Derrota ante el Almería (0-3)

Pekhart, lo extraño y el dedo de la grada

La titularidad del checo y de Javi Castellano, dos antes descartados, reflejan la pena local

Josep, Ruiz de Galarreta y Mauricio Lemos, junto a Aguza, tras el gol de Corpas, el segundo del Almería. josé carlos guerra

Casi todo fue extraño. Faltaba una hora para el inicio del partido cuando el anuncio de la alineación produjo el primer bajonazo: Rubén Castro, el goleador de un equipo sin gol, era suplente por culpa de unas molestias en el isquiotibial que arrastra desde hace meses. En ese preciso momento surgió una pregunta: ¿Quién de la UD, en ausencia del isletero, iba a ser capaz de perforar la portería contraria?

Todas las miras apuntaron al instante al número 17, Tomás Pekhart, que nunca había sido titular después de toda una temporada y cuatro partidos de la siguiente en la entidad. No era la única opción, pues dos semanas atrás Pepe Mel, medio obligado, aunque con matices, había elegido por delante suya a Juan Fernández, del filial, como delantero para tener en el banquillo.

De sobra es sabido que el checo era uno de los elegidos para abandonar la plantilla no solo por su ficha alta, sino, sobre todo, porque no contaba para el ´técnico. Era, en definitiva, uno de los descartes económicos, pero más que nada deportivos, pues ni siquiera el curso anterior había gozado de minutos con el madrileño al mando. Tampoco con Paco Herrera ni con Manolo Jiménez, el que propuso su fichaje el verano pasado y que no le puso en el once inicial una sola vez.

La confianza en que acabaría por salir del club antes de que acabara el mercado estival indujo a Mel a apostar con un jugador de Las Palmas Atlético antes que por él, que estaba inscrito en LaLiga desde el primer momento y, por tanto, disponible. Al final, como no se marchó, según el club, porque renegoció su contrato a la baja, de repente empezó a contar como uno más.

Un ejemplo

Pekhart no es, ni mucho menos, el principal responsable de los problemas de la UD ni de la contundente derrota frente al Almería, pero sirve como ejemplo para explicar cómo está Las Palmas. También Javi Castellano, al que el preparador amarillo comunicó a través de los medios que iba a tenerlo "muy difícil" para jugar, porque tenía por delante a otros futbolistas que venían de abajo, como Kirian o Fabio. Semanas después, ya asumida por Mel la realidad de que debe contar con ellos por obligación, ambos partieron desde el inicio.

Lo hicieron, en buena medida, por las ausencias de varios jugadores, porque a esta UD ni la suerte le acompaña. Lesionados Araujo y Rubén, que ayer jugó pero como si no lo hubiera hecho, pues lo hizo infiltrado y a la espera de una prueba que podría determinar que debe operarse y, por tanto, causar baja por un tiempo de unos dos meses, el checo, con permiso de Juan Fernández, era la única opción.

O no, porque entre las múltiples variaciones que hizo el madrileño durante el partido en busca de reconducir una situación que se le había puesto muy difícil a la UD tras el primer gol del Almería en el minuto 22, nunca pensó en colocar a una especie de falso nueve, con Drolé o Narváez, en lugar de apostar por un jugador en el que no confiaba hasta hace muy poco.

En un contexto en el que ninguna de sus decisiones funcionaba, el debut del colombiano, que entró al poco de comenzar la segunda parte, pasó desapercibido. El desorden táctico al que Las Palmas se vio expuesto desde la banda tampoco ayudó. Valga como ejemplo Cristian Cedrés, que volvió a jugar por el mismo lado en el que su juego queda disminuido, el izquierdo. Casi no apareció. Luego pasó a la mediapunta y tampoco.

O también los cambios de sistema que 15 días atrás habían surtido efecto para remontar al Racing de Santander, pero que contra el Almería supusieron un suicidio en toda regla, estilo Paco Jémez, hoy triunfador en el Rayo Vallecano.

El pueblo se pronuncia

Por si fuera poco, el Gran Canaria ya ha tomado partido: defensa a ultranza al equipo, cuarentena con Mel y críticas al palco, señalados como principales culpables de la situación actual de la UD -tres empates y dos derrotas en cinco choques-. Tras el segundo gol andaluz volvió a escucharse el ya famoso 'Ramírez vete ya', cántico asociado a los peores momentos recientes del club.

Forma parte también de todo lo extraño que rodea a Las Palmas. Dos de los descartes aparecieron en el once; el equipo dio un paso atrás y no se pareció en nada al de semanas anteriores; Mel, desesperado, sigue sin encontrar la tecla ganadora; y la grada, resignada, ya ha dejado claro sobre quién pone su ira. Lo mejor -o no-, es que el jueves hay otro partido. Llega el Sporting.

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