Un canterano de pura cepa, de los de verdad. Porque en los tiempos que corren, en los que se suele atribuir esa palabra a cualquier jugador que haya pasado por alguna de las categorías inferiores de cualquier club, aunque sólo haya sido por unos cuantos años, aparece Daniel Jesús Martín Gil, apodado Flaco desde siempre, como una excepción alegre. Lleva en la UD Las Palmas desde benjamines y el domingo, 13 años después, le llega por fin la oportunidad de debutar con el primer equipo.
Lo avanzó Pepe Mel hace dos semanas, en la previa del partido frente al Zaragoza: "Con lo que he dicho de Dani Castellano -que probablemente tendría que operarse de la cadera-, Flaco va a tener opciones de jugar. Sólo tenemos a Alberto -De la Bella- y tiene cuatro tarjetas amarillas. O sea, que está en puertas de hacer algo importante con nosotros también". No fue una confirmación absoluta, pero sí una declaración de intenciones.
Efectivamente, De la Bella vio la quinta cartulina frente al Alcorcón y, en consecuencia, al futbolista de Las Palmas Atlético se le abre la puerta grande el fin de semana en Anduva, donde el cuadro amarillo rendirá visita al Mirandés. Su estreno en el lateral izquierdo de la UD culminará toda una trayectoria que arrancó en la temporada 2006-07, cuando llegó a la entidad procedente del Huracán, con el que había estado en prebenjamín y en su primer año de benjamín.
Por aquel entonces, el futbolista de Hoya Andrea -Las Palmas de Gran Canaria- tenía ocho años, pero empezó a desarrollar un alma de líder que a día de hoy destaca José Ojeda, uno de sus entrenadores en el Juvenil División de Honor y de los que más contribuyó a su formación, según el propio jugador.
"Las palabras que le definen son constancia y liderazgo. En todos los años que ha estado siempre ha sido capitán. Es un tío que está todo el partido animando, hablando, mandando. Es un ejemplo para todos, el primero que llega a entrenar y el último que se va. Tiene voz de mando. Para todo entrenador es un lujo tenerlo en el equipo", recuerda el exjugador del extinto Universidad de Las Palmas.
Flaco, zurdo cerrado, y con Sergio Ramos como gran referente, siempre fue central, aunque en ocasiones muy puntuales llegó a cubrir la posición de lateral izquierdo, como medida de urgencia. Fue el curso pasado cuando, bajo las órdenes de Juan Manuel Rodríguez, se reconvirtió definitivamente. Y es por ello por lo que está muy agradecido a su entrenador actual: porque le dio la oportunidad.
"Es un tío que puede cumplir perfectamente como lateral porque tácticamente es muy bueno, de lo mejor que he visto. Es muy listo, siempre está bien colocado", describe Ojeda, ayudante de Pachi Castellano en el División de Honor durante la dos temporadas que coincidió con Dani Martín, al que considera "un tío bastante hablador".
Y aclara: "Es un futbolista fibroso y es duro cuando tiene que ser duro. Además, está bien dotado técnicamente. Es un jugador muy completo. Lo de Flaco imagino que es por un mote que le pusieron de pequeño". Así es, porque si hay algo en lo que no el central reconvertido no ha cambiado a lo largo de su crecimiento es su delgadez.
Dani y De la Bella, padrinos
Ayer, en el primer entrenamiento de la semana, participó durante la primera parte de la sesión con todo el grupo, pero luego se retiró, como todos los que habían sido titulares el fin de semana. En su caso, formó parte del once del filial que cayó frente al Langreo bajo una lluvia torrencial. Su participación en los entrenos del primer equipo no es nueva: esta arriba desde que Dani Castellano cayó lesionado de la cadera hace ya varias semanas.
El gemelo, precisamente, ha puesto sus ojos muy encima de él, al igual que De la Bella. Ambos, en definitiva, son los padrinos de un jugador que el domingo tocará la cima por primera vez y se convertirá, salvo sorpresa, en el undécimo jugador de alguna de las categorías inferiores del club al que hace debutar Pepe Mel. Dani Martín, a buen seguro, tendrá en muy cuenta los consejos que le han dado los dos laterales para plasmarlos en Anduva. A sus 22 años, cumplirá su sueño. Es la hora del Flaco.
