El enmascarado Juanjo Narváez para recuperar el gol. Pepe Mel contará con el colombiano para tratar de superar al Deportivo de La Coruña (sábado, 17.15 horas) en Riazor y volver a ganar cinco jornadas después. El delantero, al que se diagnosticó una "fractura/hundimiento de ambas órbitas a nivel del hueso frontal" y una " lesión de seno maxilar y fractura/luxación de huesos nasales", según el parte médico hecho público por el club, vuelve para reforzar el ataque.

El percance ocurrió el pasado 4 de febrero, cuando Chico Flores, central del Fuenlabrada, le dio una patada tremenda en la cara en un lance del juego. Algo más de tres semanas después, su presencia ya es sólo una cuestión del técnico, porque la terrible lesión que sufrió ya está superada. Narváez podrá jugar gracias a una máscara protectora de fibra de carbono diseñada exclusivamente para él. La estrenó en el entrenamiento de ayer en la ciudad deportiva de Barranco Seco y le servirá para proteger la zona hasta que sea necesario.

A los cinco goles que suma y a su talento se agarra la UD para dejar atrás una crisis de resultados en la que ha cosechado cuatro empates y una derrota, y sólo ha marcado dos tantos, uno de ellos, precisamente, de Juanjo Narváez -ante el Rayo Vallecano el 21 de diciembre de 2019-.

El colombiano participó en un rondo junto al resto de sus compañeros en la primera parte de la sesión. Luego se retiró al gimnasio, al igual que los que fueron titulares en el choque frente al Tenerife. Allí estuvo hasta que regresó al césped del campo David García para hacer varias carreras al lado de Dani Castellano, que se recupera de una operación en la cadera izquierda.

Hoy, con el grupo

Los ejercicios, supervisados por el readaptador Andrés Pérez, fueron ideados con la intención de que el jugador cogiera un cierto tono físico antes de unirse al trabajo grupal, algo que está previsto que ocurra en el entreno de hoy, el segundo de la semana antes de la visita a Galicia.

Ayer, al final, devolvió incluso varios balones con la cabeza con el objetivo de perder el miedo a la hora de rematar o disputar un balón. Por último, se fue al vestuario, ya con la sesión terminada, no sin antes confirmar con un gesto afirmativo que todo había ido bien.

La recuperación del colombiano se antoja clave para Pepe Mel, el gran artífice de su llegada como cedido procedente del Betis el verano pasado. Cada vez que pudo contar con él, siempre lo puso. Las lesiones de gravedad de Rubén Castro y Sergio Araujo en la delantera llevaron al técnico madrileño a reubicar al de Pasto (Colombia) en la punta del ataque, una posición en la que ha demostrado ser eficiente, pero que no es la suya, ya que él se había desempeñado habitualmente en la mediapunta o en los extremos.

Sin embargo, se adaptó a la perfección, aunque tardó en marcar su primer gol. Los hizo en la derrota del equipo en Miranda de Ebro con un derechazo imparable a la escuadra. Los dos siguientes, ante el Real Oviedo y el Numancia, fueron casi idénticos, con sendos disparos imparables y desde lejos.

Su gran momento llegó cuando logró el gol de la remontada épica de la UD en Elche gracias a un cabezazo de nueve puro, anticipándose al central en busca del balón. Seis días después, y tras cuatro triunfos consecutivos, abrió la lata ante el Rayo tras recibir un pase de tacón espectacular de Jonathan Viera. Fue la última vez que vio portería.

Su conexión con el de La Feria y Pedri González elevó el nivel de juego ofensivo de Las Palmas hasta las proximidades de la zona de promoción, donde todavía se encuentra pese a la ausencia de dos de sus estandartes. Ahora, con Rubén presente otra vez, se prevé que pueda volver a la banda en Riazor, más todavía con la ausencia de Benito por sanción.

En cualquier caso, con su presencia el equipo recupera capacidad goleadora, asociación, calidad. Es el regreso del enmascarado Juanjo Narváez, que acude al rescate en busca de la resurrección en casa de un re-nacido. Su vuelta habrá de hacer de la UD un conjunto mucho mejor.