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La contracrónica

En la palma de las manos

Tanausú Domínguez, Tana, dribla a Mula, del Alcorcón, durante la segunda parte del partido de ayer en Santo Domingo. LOF

Cuesta explicar con argumentos puramente futbolísticos cómo la UD Las Palmas, que suma ya nueve partidos sin ganar, puede terminar la jornada a tres puntos de los puestos de promoción de ascenso, es decir, a uno menos que hace una semana, siempre y cuando el Mirandés no gane esta tarde en Almendralejo, en cuyo caso volvería a estar a cuatro.

También es inexplicable como dos manos del Alcorcón dentro de su propio área, que habrían significado penalti para el cuadro amarillo, fueron rechazadas primero por el árbitro y luego por el VAR, y las de Álvaro Lemos en Gerona o la de Alberto de la Bella en Ponferrada, del mismo estilo, sí fueron castigadas.

Es, en definitiva, el caos en el que está metida la Segunda División, que si bien ha permitido a Las Palmas -y a otros muchos equipos- mantener vivo el sueño de alcanzar el playoff, cada vez la tiene alerta, porque les de abajo se acercan: si Lugo y Oviedo no terminan su partido en empate, la zona de descenso quedará cinco unidades por debajo.

La UD ha tenido en la palma de sus manos, y en las de dos jugadores del Alcorcón, dar un golpe de efecto y despegar en la tabla. Porque por mucho que ayer Areces Franco y sus secuaces del VAR determinaran que una mano clamorosa en la primera parte no era sancionable, el conjunto de Pepe Mel fue incapaz de sumar los tres puntos y ya lleva dos meses sin hacerlo.

El madrileño, que había probado hasta el último entrenamiento con una defensa de cuatro con Srnic y Curbelo en los laterales con el objetivo de mantener a Benito, el hombre que quizá está en mejor estado de forma, en el ataque, se levantó con otra idea e incluyó al aldeano en el carril zurdo para dar entrada a Aridai en el extremo derecho.

Le salió bien, pues lo primero que hizo el grancanario fue recibir un balón de Pedri dentro del área, pisar el balón, amagar y poner un pase fuerte por bajo que cruzo todo el área hasta que Fede Varela empujó el balón a la red con la portería vacía. Era una nueva ventaja que, sin embargo, volvió a desaprovechar.

Una vez más, la UD dio la sensación de ser bastante floja en su defensa del resultado, pues recibió un tiro al palo y luego el empate en cuestión de minutos, y tímida a la hora de ir a por el partido en la segunda parte, cuando el Alcorcón casi ni se asomó por la puerta de Valles.

En medio del tedio, Las Palmas no pudo encontrar el camino. Tana proporcionó vigor al equipo con su entrada y Narváez combinó bien con Pedri, de lo mejor una vez más, pero no creó ocasiones de peligro. Sólo muy al final Rubén Castro marcó, pero lo hizo en fuera de juego. Esta vez, el VAR sí ratifico lo que ya había visto la jueza de línea.

Pese al olvido de la victoria, la UD, por los avatares de la competición, se mantiene en esa especie de limbo en el que, de ganar dos o tres partidos seguidos, se metería de lleno en la lucha por la promoción, pero no hacerlo, entraría en la de salvar la categoría como fuera.

Convendría para lo primero que Mel tuviera una idea clara de lo que quiere, apostar con un once tipo y mantenerlo unos cuantos partidos. Pedri, que se quedó en Madrid por su citación con la selección sub 19, con la que jugará el miércoles, es probable que descanse el próximo viernes ante el Málaga, pero desde la jornada siguiente hasta el final vendría bien que la UD tuviera por fin una seña de identidad clara.

Lo tiene en su mano. Todo. Ascender y hundirse. Es lo que le depara la competición, que entra de lleno en su tramo final.

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