Anclados en la melancolía. Devorados por la fatalidad. Esto es cosa de brujería. No hay manera de liquidar esta pesadilla infernal. La UD, sin ganar en 2020, concede la igualada ante el Málaga CF (1-1) y eleva a diez las jornadas sin saborear un triunfo. Curbelo (48’) adelantó a los grancanarios, tras un saque de esquina milimétrico de Aridai Cabrera, y David Lombán, gracias al despiste de Aythami Artiles y Benito Ramírez, hizo el empate en el 66’ en otro córner. En el fotograma anterior, el Moña, desde el área pequeña, no pudo superar al meta Munir tras una gran asistencia de Pedri -que finalmente fue titular ante la lesión de Varela unas horas antes del partido-. Especialmente cruento fue el destino que le deparó la 30ª jornada a Rubén. El terror del área no tuvo su noche y falló un carrusel de remates a solo unos metros del arco. Empeñados en darle aire y vidas al rival, el Málaga acarició la victoria en el tramo final con las cabalgadas de Hicham, Juanpi y Sadiku. Sin suerte y sin acierto, lo de la UD ya es de psiquiátrico.

Al contratiempo de la baja de Varela -que forzó la entrada del infante de Tegueste de inicio-, cabe sumar la retirada de Aridai Cabrera con unas molestias. Benito también sufrió de lo lindo para alcanzar el 90. Un suplicio.

De dominado a dominador

71 días sin festejar un éxito y reina la incertidumbre. El soberbio partido del colombiano Juanjo Narváez no fue suficiente. ¿Qué hay que hacer para ganar un partido sin Viera? Y ahora el calendario no da tregua: Sporting en El Molinón, Girona, Almería...La UD no es capaz de mantener la portería a cero. Ante Alcorcón y Numancia también se comenzó gobernando el marcador, para luego desfallecer de forma dramática.

La contienda comenzó con Javi y Fabio en la medular -Narváez y Aridai en los costados-. Centro de Benito Ramírez y atrapa el esférico Munir. Siendo sinceros, el respetable fue testigo de una puesta en escena castastrófica de los amarillos con un palo de Sadiku en el 9’. Falta junto a la frontal del área de Aythami Artiles. En estos minutos de intercambio de golpes, daba pena ver a la UD.

Saltaron dormidos, sin el mínimo nervio competitivo. Centro lateral de Tete y Aythami aborta el peligro. La apatía vestía de amarillo. Dominio incontestable del cuaro boquerón, y siguen volando más puntos de Siete Palmas (hasta 25). Gran centro de Benito que es mandado a córner por Lombán. Las Palmas asoma la cabeza, abandona su mazmorra con cierta determinación. Sin pena ni gloria, fueron cayendo los peores 26 minutos del campeonato. Lombán derriba a Rubén y el zaguero no ve la amarilla. El arbitraje fue ridículo. Sin ningún tipo de criterio, terminó por desquiciar a los dos conjuntos.

Sadiku recibe un balón plácido y el tiempo de reacción de la defensa no es propia de profesionales. Tarjeta amarilla para Ismael por aplacar a Benito (30’). Narváez controla con el pecho y el tiro lo despeja Munir con apuros. Rubén, en su noche más aciaga, controla en el área pequeña y el balón sale muy desviado. Las falló de todos los colores.

En este caso, la tuvo por partida doble. Aridai, lo más surrealista, ve la amarilla por protestar. Luego le tocó a Bare por una entrada salvaje en la medular. Así se alcanzó el descanso. Sin saber muy bien cómo, la UD entregó la cara del encuentro. Pasó de dominador a dominado. De manera insultante, el Málaga se sintió muy superior. Las ocasiones eran amarillas pero la escena pintaba a masacre. Descanso y toque de corneta. Ahora sí, el cuadro isleño lució orden, rigor y fe.

El escenario perfecto

La segunda parte comenzó como un tiro. Centro milemétrico de Aridai Cabrera desde la esquina y golazo de Eric Curbelo. Remate inapelable y sin marca. La venganza del lateral más cuestionado del planeta. Al minuto siguiente, otro envío de Aridai de gran calidad, que no termina en gol por culpa de Rubén Castro.

Pero fue increíble el desliz del Moña tras el pase de Pedri -que también tuvo un tiro desde la frontal-. Es su especialidad, pero regaló la ocasión más determinante. En el colmo de la fatalidad. Lombán, tras otro saque de esquina, hizo el 1-1.Regalo defensivo y empate. El balón, al primer palo, podía contar con una salida más efusiva de Valles. Aythami y Benito estuvieron ‘blanditos’ en la marca. Capaz de lo mejor y de lo peor, la UD tenía que remar de nuevo contracorriente. El cuento de nunca acabar. Estupor y rabia.

Se fue el diamante Pedri y entró Tana.El Gran Canaria no entendió el movimiento. Ya sin Aridai, lesionado, y relevado por Srnic, la posesión se hizo exprés. Balones a Narváez y Rubén por la heroica.

Retirar a Pedri resultó un ultraje. Tana pasó desapercibido, superado por el drama.Ninguna acción reseñable. No debería gastar energías en tantas entrevistas. El último giro de suspense fue entregarle el bastón de mando a Kirian Rodríguez. La UD ganó en verticalidad. Fue un final de infarto. Pudo pasar cualquier cosa. En ese vuelo de la moneda al aire, salió cruz.

Agarrón de Mauricio a Sadiku en la frontal y Juanpi manda el balón por encima del travesaño. Volcados en el área de Munir, aparecieron Narváez, Rubén y Kirian como enviados del cielo. El Málaga, con la inercia del empate y la marcha en el rival de Pedri, sustituido, fue a por el partido y su cuarta victoria consecutiva, en una fase disparatada. El reparto del botín dejó peor sabor de boca a los de Mel en su 57 cumpleaños, pues continúan sin vencer desde el 15 de diciembre. El margen de la desidia. Ayer, fue por culpa de Rubén y de la falta de contundencia en un 1-1 con tintes cómicos.

Es la repetición de la amargura. Una y otra vez. Hasta contar diez y escenificar el desastre. No rematar los partidos tiene un precio. La UD late a la deriva. Masacrada por una lista infinita de lesiones musculares y los volantazos de un Mel perdido. Pedri y Narváez aportaron cordura. Curbelo fue el mejor. Telegramas de 90 minutos de desidia. El síndrome post-Viera es un virus letal. Ya es una cuestión de orgullo. Diría que de amor propio.

1-0: Gol de Eric Curbelo

Al minuto siguiente, otro envío de Aridai de gran calidad, que no termina en gol por culpa de Rubén Castro. Increíble el desliz del Moña. En su especialidad, regaló la ocasión del partido. En el colmo de la fatalidad. Lombán, tras un saque de esquina, hizo el 1-1.

1-1: Gol de Lombán

Regalo defensivo y el empate. Se fue Pedri y entró Tana. Apretó el Málaga y final. Pánico en el partenón. Al filo del abismo.

Resumen del encuentro