Del ridículo a la calma. "El domingo se ganará al Girona". Tornado de energía positiva. El presidente de la UD, Miguel Ángel Ramírez Alonso, tras el traumático descalabro en el estadio de El Molinón-Enrique Castro Quini (4-0) ante el Sporting de Gijón, reclama al entorno un ejercicio de cordura. Fe ciega en la resurrección. Descarta tomar medidas ejemplarizantes, ante plantel o cuerpo técnico, tras un segundo tiempo que ya forma parte de la pasarela del horror en este siglo. "¡Saldremos adelante!", repiten desde la entidad, que centran todo el interés en tumbar a uno de los colosos de LaLiga.

Los tantos de Álvaro, Babin, Murilo y Méndez fueron poco botín para un conjunto rojiblanco que pudo firmar un tanteador de escándalo. La película del 8-M, la del hundimiento en El Molinón, tuvo de todo. Dolor, rabia, lágrimas y un vestuario herido. Mel propinó en la caseta la 'bronca del siglo' y escenificó su dolor ante los medios en la sala de prensa.

"Los futbolistas tienen que demostrar que quieren a este cuerpo técnico", llegó a valorar el madrileño. A falta de once jornadas -33 puntos en juego-, la UD no termina de arrancar. Cuatro derrotas y siete empates conforman el mapa competitivo desde finales de diciembre. El síndrome post-Viera se eterniza.

El domingo, con la sombra del cierre del Gran Canaria por el coronavirus, llega un gigante como el Girona. Este recién descendido dispone de treinta 'kilos' de tope salarial. Cuenta con el pichichi Stuani y es otra prueba de fuego. Las concesiones defensivas en el segundo tiempo resultaron grotescas ante el Sporting y obligan a Mel a tomar medidas. Desde la entidad, reconocen la valía y determinación del novelista, que sacó el látigo en la intimidad de la caseta.Tal como admitió Ramírez y ratificó Luis Helguera, la primera intención de la UD es la de ampliar el contrato del novelista. "Es nuestra intención", admiten desde la zona noble. Pero el bofetón en el reino de la fabada obliga a reajustar las prioridades. La única meta válida en la actualidad es sellar, como sea, la permanencia.

Fiscalizar el trabajo defensivo

El (4-0) dejó a una lista de futbolistas señalados. Curbelo, Aythami Artiles, Mauricio Lemos y Alberto de la Bella se encuentran en una situación de evidente debilidad. Mel cuenta con recambios, en el costado derecho llega el más importante. El gallego Álvaro Lemos ya tiene el alta médica y regresa ante el Girona. En lo referente a la demarcación de central, Martín Mantovani suplirá al sancionado Mauricio Lemos. Álex Suárez también demanda una oportunidad en el eje central.

Para el carril zurdo, Benito Ramírez amenaza la condición de indiscutible de De la Bella.Mientras tanto, Dani Castellano también llama a la puerta, tras acabar con un proceso de recuperación que alcanzó los cinco meses.

Tana y Pedri dieron un recital de malabarismos, pero falta precisión en el remate. En el caso de Rubén Castro, sigue gafado. Por su parte, Cristian López debutó en El Molinón y aportó acciones de furia.Vuelven Juanjo Narváez y el extremo del Lomo Blanco Aridai para abrir el abanico de opciones ofensivas ante el Girona.

Cabe interpretar el sentido de cada afirmación. "No estoy renovado, esto es fútbol y uno nunca sabe lo que puede pasar". Es otra de las frases de Mel en Gijón. En la UD, el futuro se labra jornada a jornada. Once fechas sin ganar y el drama del descenso a solo tres puntos tienen la culpa. El madrileño y el vestuario se juegan mucho el domingo. Una fase de calma que hoy viaja a Barranco Seco.

En los despachos se pronostica el final de la depresión, Mel se pone en manos del vestuario y una crisis que parece infinita.