La insistencia de Juanjo Narváez. El atacante colombiano, cedido por el Betis hasta junio, trabajó ayer al margen y pone la directa para estar el domingo ante el Girona en Siete Palmas. Con cinco goles en su zurrón (veinte partidos y 1.384 minutos), el futbolista de Pasto causó baja ante el Sporting por unas molestias de última hora. Si se cumple el plan físico, estará ante el Girona de Juanpe y el pichichi Stuani.

Rubén Castro y Cristian López -que debutó en El Molinón- completan la nómina de pistoleros del novelista Mel. La polivalencia de Narváez, que también puede actuar de extremo diestro y zurdo, así como de mediapunta,brinda al estratega una relación de recursos infinita para enterrar la crisis. En las últimas diez jornadas (900'), la falta de gol resulta alarmante. La UD solo ha sido capaz de sumar seis dianas en este tramo de diez duelos. Por lo tanto, ve portería cada 150 minutos. Con esta media, acaba lo que resta de competición (once partidos, 990'), con apenas 6,2.

223 minutos y dos asistencias

Drolé, Cristian Cedrés y Ruiz de Galarreta están descartados para la contienda del amor propio del domingo en el partenón de Siete Palmas. En lo referente al extremo del Lomo Blanco Aridai Cabrera, se quedó en el gimnasio con un trabajo específico.

Con dos asistencias, su participación se cifra en cuatro encuentros (223 minutos). Le puso en bandeja de plata la gloria del gol a Varela -en el Municipal de Santo Domingo- y a Curbelo en el Gran Canaria -ante el Málaga-. Envíos milimétricos y la capacidad innata del desborde.

Aridai se lesionó en pretemporada con el Mallorca y lo pagado de forma cruenta en este curso. Solo completó 35 minutos con el club bermellón en la máxima categoría y de amarillo, únicamente ha jugado un partido íntegro -ante el Racing en su estreno-.

Tras el esfuerzo en El Sardinero, estuvo tres jornadas de baja y luego encadenó tres encuentros bajo los focos (133'). Ahí dejó gotas de su talento. De un arte que se añora en la caseta. Pero aún no ha respondido a la expectativas.

A falta de once finales, el gol es el problema. Penoso síntoma: 34 tantos en 31 partidos. En esa misma franja, en la 2018-19 se contabilizan 35. Solo hay dos guarismos más pobres en la década: 22 en la campaña del descenso (2017-18) y 33 en la categoría de plata (2009-10).La salvación exige un gran éxtasis de pólvora.