José de la Rosa Naranjo (Las Palmas de Gran Canaria, 1950), Pepe de la Rosa, ha fallecido esta tarde tras una larga enfermedad y deja un legado de éxitos cosechados desde su sapiencia en los despachos. Entrenador nacional titulado, director deportivo y secretario técnico, resultó un amante de la cantera. Se forjó en el Artesano y gozó de éxitos y decepciones en la UD. En su expediente, cuatro ascensos y su trato empírico a la base. Trabajó durante muchos años en su notaría, situada en la calle Buenos Aires.

Fue clave en el ascenso de la UD a Segunda División en 1996, con Pacuco Rosales y Juan Manuel Rodríguez en el banquillo amarillo. La hazaña del pueblo. También conquistó éxitos con la UD Vecindario -otro ascenso a la categoría de plata- y Villa de Santa Brígida -al que puso en el mapa con su aterrizaje en la Segunda B-. Con el cuadro sureño abrió la puerta de la categoría de plata, de nuevo con Rosales como primer técnico en la gran gesta blanquinegra en el estadio Ciudad de Valencia (2006). Para ampliar su pasarela de éxitos, puso al Villa en la categoría de bronce, en Murcia, con Juan Manuel como entrenador.

De sangre artesanista, en noviembre de 2007 tomó las riendas del Villa de Santa Brígida tras la marcha de Juan Manuel Rodríguez a la UD -luego llegaría Toni Cruz al club satauteño- como entrenador bombero. Hizo de todo. Nacido un 29 de julio de 1950 fue entrenador nacional titulado y un sabueso del mercado.

Sacó el máximo jugo a los entrenadores Pacuco Rosales y Juan Manuel Rodríguez. Primero como tándem -con Rosales de primero en la UD en 1995-p6- y luego en solitario.

Reseñar que estuvo 18 años forjando talento en la UD como técnico de base. En el Artesano, otras nueve campañas, Director deportivo escrupuloso, logró además el ascenso del filial del Villa al Grupo Canario en 2006. Estudioso de la cantera, fallece de cáncer tras una larga convalecencia y deja un hueco enorme. Su legado se fundamenta en un trato minucioso y de vanguardia hacia la base. El ojo clínico que hizo de Rosales y Rodríguez, dos fenómenos de los banquillos.