Urgencias en la era del gel. Lo que se esconde detrás de la mascarilla. En busca de la Fase 3 del Protocolo Básico de Actuación del Consejo Superior de Deportes (CSD), la penúltima y bautizada como 'Entrenamiento Total Pre-competición', la UD toma forma. Los legionarios de José Mel Pérez encaran la recta final hacia el ecuador de la pretemporada exprés. El viernes 29 de mayo alcanzarán las tres semanas de trabajo físico-táctico y el lunes, el ministro Illa valora adelantar la implantación de la citada Fase 3. Se atisba el regreso.
El último duelo oficial fue el 8 de marzo ante el Sporting. Han pasado 76 días. Es mucho. La separación entre la última jornada de liga 2018-19 -9 de junio en Soria- y la primera de la actual 2019-20 -18 de agosto ante el Huesca- fue de 70 fechas. La duración de la última pretemporada, por ejemplo, fue de 33 días. El primer enemigo de la gran cruzada de Mel es el factor psicológico.Controlar la ansiedad. Y el segundo: físico.
El 12 de junio es la fecha marcada en primera instancia para volver a competir -el lunes hay reunión clave de la Comisión Delegada de LaLiga, de la que forma parte la UD-. Van 70 días de estado de alarma, solo dos semanas de entrenamiento."La vuelta la marcará Sanidad y el Estado. Lo demás son conjeturas, no jugamos a futurólogos", realzan desde la zona noble del club grancanario.
Protocolo del CSD y el veredicto de Sanidad. Los nuevos referentes ideológicos. En esta lucha contra el virus y los elementos, Mel dispone de 31 efectivos. Ha recuperado a los lesionados Dani, Narváez, Raúl, Drolé, Ruiz de Galarreta y el añorado Álvaro Lemos -ya tenía el alta en la semana previa a la visita a Gijón-. El novelista dispone de los tres porteros y de un plantel, ahora sí, de quilates.
La prioridad de Mantovani
A todo esto, más allá de los protocolos, la UD no gana en Liga desde el 15 de diciembre ante el Elche. La Covid-19 detuvo la cruenta dinámica de once jornadas sin alegrías. "Lo primero que tenemos que hacer es revertir lo que hicimos mal", aseguró Martín Mantovani en la última comparecencia. La UD de Mel ha perdido la secuencia del éxito.
El primer reto, en este 'torneo apertura de once jornadas' -como lo definió el estratega amarillo-, es el de sellar la permanencia. Con 38 puntos en el casillero, los amarillos precisan de doce unidades (cuatro triunfos) para certificar la salvación de forma matemática -un 36% de victorias-. En las diez jornadas de 2020, los amarillos solo han sumado seis puntos.
De lo que resta, seis batallas serán en el Gran Canaria y a puerta cerrada. El Girona será el primer test. En relación a las cinco salidas, habrá que viajar en el mismo día. Volar, jugar y regresar. El peaje de la insularidad vuelve a escena. Retomar la competición significa el ingreso de seis millones en las arcas de la UD, en el concepto de la última cuota del pastel de los derechos televisivos. La patronal, que preside Javier Tebas, se juega 1.000 'kilos'. Volver es un negocio.
Laboratorio ofensivo
Narváez, Rubén, Pedri y Tana. Sin olvidar a Cristian -que debutó en Gijón-. Mel tiene un nuevo frente ofensivo, al que se suma Drolé. Benito es otro de los bendecidos. Presión, ritmo sanguinario y hasta cinco cambios en la recámara. "No repetiré once, todos tendrán su momento", advirtió el técnico.
Tana no puede esconderse. Llega el verano de la inspiración de la 'T'. Con 138 partidos con la UD -83 en Primera-, el parón por la pandemia le ubica en la primera línea. Otra vez, la marcha de Viera -ya sucedió en 2018 con Jémez en Primera- y una situación inquietante del bloque isleño con el descenso a solo tres puntos.
El último gran partido de Tana se remonta a La Romareda, el 1 de septiembre de 2018, y a las órdenes de Jiménez. Han pasado 630 días. Saltó en el 45' y se armó la mundial. Completó una actuación memorable, equiparable a las que escenificó ante el Madrid -dos goles- o contra el Sevilla en el Pizjuán.En este curso, ya con Mel, computa seis partidos con tres empates y tres derrotas. Se busca la gran liberación. Comenzar como aviones y escapar del caos.
