Álvaro Lemos, un ejercicio de fe. El lateral gallego de la UD, que jugó su último partido oficial el 27 de octubre de 2019 en el Gran Canaria ante el Fuenlabrada, no se rinde. Quiere jugar en este curso exprés de la incertidumbre. Tras recibir el alta médica el 2 de marzo, vio como el virus truncaba su vuelta. De la pandemia a la ilusión. Superaba de forma estoica una rotura fibrilar en el cuádriceps de la pierna derecha. Cerca de seis meses después, veía la luz. El 8 de mayo se abría Barranco Seco y Álvaro estaba como una moto.

Pero el pasado 3 de junio recibía un nuevo mazazo. Se lastimó ahora el muslo izquierdo -lesión de grado 2-3 en el recto anterior- y el diagnóstico era de seis semanas de baja. Decía adiós a la campaña. Sin embargo, hoy ha iniciado la carrera continua junto al recuperador Raúl Quintana.

Desde el área médica amarilla, se muestran optimistas de cara a disponer de Álvaro Lemos para el tramo final de esta liga del pánico -concluye el 19 de julio la temporada regular-. "Va muy bien, mejor de lo esperado. Su esfuerzo está quedando patente", determinan sin atreverse a establecer un nuevo pronóstico clínico.

Tras conocerse la baja de Raúl Fernández para lo que resta de temporada -fractura del dedo que se operó en mayo del 2019-, así como los percances de Dani Castellano -tiene para dos semanas- y Drolé -aún está buscando su estado de forma óptimo-, el caso de Álvaro Lemos pinta ahora de manera más esperanzadora. Cabe reseñar que Mauricio Lemos, por sanción, es otra de las ausencias para medirse al Girona este sábado y desde las 18.30 horas (GOL), en la vuelta de la UD a la competición tras tres meses de parón por el virus.