La UD Las Palmas, después de perder el pasado miércoles contra el Oviedo en el estadio Carlos Tartiere, se presenta en el último tramo de LaLiga Smartbank sin aspiraciones de ilusionar a su hinchada con un logro apetecible. A falta de tres jornadas para la conclusión del campeonato liguero, al conjunto grancanario solo le queda el reto de asegurar la permanencia en la categoría de plata, un objetivo que por otro lado tiene bastante cercano después de llegar a la cifra de 50 puntos, la frontera invisible que suele asegurar la salvación.

A cinco puntos de la zona roja de la tabla clasificatoria, la escuadra amarilla no debería tener problemas para sellar la salvación en los compromisos que le restan: Mirandés en casa (mañana), Rayo Vallecano fuera (viernes de la próxima semana) y Extremadura en el Estadio de Gran Canaria (lunes 20). Un triunfo más les vale.

Regusto amargo el que deja la UD Las Palmas a las puertas de la finalización del campeonato. Ni los dignos números que ha firmado el cuadro insular en la reanudación del torneo liguero tras el confinamiento, que hicieron soñar incluso a la afición con los puestos de promoción, han podido con los nefastos registros que se arrastraban antes del parón del coronavirus.

La losa que supuso aquella mala racha de doce partidos sin conocer la victoria, rota con los tres puntos frente al Almería en el estadio Juegos del Mediterráneo, finalmente ha pesado mucho más que la trayectoria de los amarillos en la vuelta a la actividad.

Alcanzar los últimos tres partidos del campeonato sin certificar de forma matemática la permanencia es, sin duda, un pobre bagaje para una UD Las Palmas que durante la presente temporada ha contado en su plantilla con jugadores de la talla de Jonathan Viera, Pedri o el propio Rubén Castro, que sobre todo en este tramo final se ha convertido en salvador con su goles.

Y a todas estas, entre las incertidumbres que planean alrededor del cuadro grancanario, habrá que ver si con lo hecho le vale al club para renovar a Pepe Mel, una cuestión a día de hoy no confirmada. En principio parecía clara su continuidad, pero con el avance de las jornadas el asunto se ha enturbiado.

La situación de la UD Las Palmas a estas alturas, sin un objetivo ilusionante en este tramo final de la temporada, resulta muy diferente con respecto a otros conjuntos como el Fuenlabrada, el Tenerife, el Alcorcón o el propio Mirandés, que visita mañana el Estadio de Gran Canaria, que tienen aún ante sí el reto de llegar a la promoción en los tres encuentros que restan.

La plantilla amarilla, después de la derrota del pasado miércoles frente al Real Oviedo, sólo piensa en cambiar la tendencia en el duelo ante el representativo de Miranda de Ebro, el penúltimo de esta campaña en casa para los de Mel.

El entrenador madrileño, de cara a este partido frente al Mirandés, tendrá la opción de convocar a Alberto de la Bella después de no estar en las últimas convocatorias por molestias físicas; y también parece segura la vuelta de Javi Castellano tras perderse el encuentro en tierras asturianas por acumulación de amonestaciones.

La plantilla amarilla entrenaba ayer en Barranco Seco al regreso de su viaje a Asturias. En esta sesión preparatoria, los titulares en el Carlos Tartiere tuvieron una sesión de recuperación, mientras que el resto de los integrantes del plantel completaron una serie de rondos y diferentes ejercicios en los que estaba presente el balón.

En este entrenamiento realizado en la ciudad deportiva de Barranco Seco, destacar la presencia del meta Álex Gorrín, procedente del juvenil y que esta misma temporada jugó en Las Palmas C. A sus 17 años, llegó a la disciplina de la UD el pasado verano procedente del Águilas de Tenerife. Para esta mañana está previsto el último entreno antes del duelo contra el Mirandés en el Gran Canaria.